El castillo de Vilademager, ubicado en La Llacuna, incluye los restos del castillo y de la iglesia adyacente dedicada a San Pedro. La fortaleza estaba formada por una torre, situada al este, y un recinto que se extendía hacia el oeste. Se conservan restos de la torre y el recinto amurallado a levante y paramentos de muralla y una portalada de acceso a poniente que correspondería a un segundo recinto de murallas que cerraba la iglesia y probablemente el pueblo original que posteriormente descendió a la llanura.
Las ruinas del castillo y la iglesia se alzan sobre un acantilado, en el lado suroriental de la llanura de La Llacuna desde el que obtenemos una magnífica panorámica de la villa y su entorno. Se accede a través de una pista medio asfaltada que sale desde el extremo este de La Llacuna. El camino carretero pasa junto a las escuelas, y el cementerio hasta la explanada bajo el castillo. A la izquierda un pequeño camino sube hasta el castillo por el lado oeste.
Historia del conjunto
Las primeras noticias referentes al término castillo de Vilademager son del año 987 en que es mencionado como una de las afrontacions en la donación que el conde Borrell II se refiere a la iglesia de San Pedro de Vich. En el siglo XI el dominio pertenecía a la casa condal de Barcelona y el 1022 fue enfeudado a Bernat Sendred de Gurb-Queralt, señor también del castillo de Queralt. En 1079 pasó al linaje de los Cervelló, emparentados con los Queralt, manteniendo el vasallaje a los condes de Barcelona. Los Cervelló subenfeudaron el castillo a los Vilademager.
A partir del 1347, la fortaleza entró a formar parte de la baronía de La Llacuna que tenía derecho jurisdiccional junto con Miralles, Rocamora y, después, Santa Perpetua. En 1370 el señoreaba Guillem Ramón de Cervelló. La propiedad pasó de la familia de los Cervelló a los Moncada y posteriormente a los duques de Medinaceli. En 1831 la propiedad de la baronía era compartida por el marqués de Aitona y el de Moja.
(Wikipedia)