Durante su etapa episcopal, en esta villa (Bona-Villa) se levantaron la espectacular iglesia, las murallas y el castillo, que actualmente se encuentra en estado ruinoso. Su historia reciente se remonta al siglo XII, aunque fue objeto de importantes reformas entre los siglos XIV y XVI.
Bonilla está estrechamente vinculada a la iglesia abulense por ser señorío del Obispado y su castillo fue utilizado como residencia de verano de los prelados hasta el siglo XIX, cuando por la Desamortización de Mendizábal fue desvinculado del clero. Hoy día es propiedad privada, aunque su exterior se puede visitar. La torre principal dotada de matacanes ha sido restaurada.
Las habitaciones y dependencias del castillo se distribuían alrededor del patio, y en algunas de ellas son visibles todavía restos de los antiquísimos frescos policromados que las decoraban, dividiendo el lienzo en bandas superpuestas que representaban escenas de torneos y luchas de hombres y animales fantásticos.
Bonilla está estrechamente vinculada a la iglesia abulense por ser señorío del Obispado y su castillo fue utilizado como residencia de verano de los prelados hasta el siglo XIX, cuando por la Desamortización de Mendizábal fue desvinculado del clero. Hoy día es propiedad privada, aunque su exterior se puede visitar. La torre principal dotada de matacanes ha sido restaurada.
Las habitaciones y dependencias del castillo se distribuían alrededor del patio, y en algunas de ellas son visibles todavía restos de los antiquísimos frescos policromados que las decoraban, dividiendo el lienzo en bandas superpuestas que representaban escenas de torneos y luchas de hombres y animales fantásticos.