A la vera de la interesante iglesia románica de San Miguel se alza una de las más bellas torres del rico y variado catálogo provincial burgalés.
Reseña histórica
En los últimos años del siglo XIV doña Inés Alfón de Valdivieso transmite su casa de Valdenoceda a don Juan Fernández de Velasco. Éste forma mayorazgo en favor de su hijo Pedro, en el que aparece incluida la casa adquirida. La presencia del escudo de los Velasco y de la esposa de su primer representante permite presumir que la torre debió reconstruirse entre finales del siglo XIV y comienzos del XV.
Características arquitectónicas
Tiene planta rectangular. Sugiere una sensación de esbeltez impropia del grosor de sus muros, que alcanza los dos metros de espesor. Para su edificación se empleó, fundamentalmente, sillarejo. Los remates angulares se afinaron, no obstante, con cantería de impecable talla. Se corona con almena. El acceso al interior se verificaba, originalmente, a Iravés de una puerta elevada. La restauración de que ha sido objeto ha hecho variar la estructura interna, ampliando el número de pisos que en su origen tuvo la torre. Presenta ventanas geminadas, con sencillo parteluz y arcos ligeramente apuntados. El blasón de notable tamaño que se conserva sobre la actual puerta de ingreso corresponde al linaje Villamor. El escudo de los Velasco se exhibe en otras partes del edificio.
Estado de conservación
Luce una espléndida estampa. Conservó su estructura central básica y ha sido restaurada. Es de propiedad particular. Carece de uso.
Reseña histórica
En los últimos años del siglo XIV doña Inés Alfón de Valdivieso transmite su casa de Valdenoceda a don Juan Fernández de Velasco. Éste forma mayorazgo en favor de su hijo Pedro, en el que aparece incluida la casa adquirida. La presencia del escudo de los Velasco y de la esposa de su primer representante permite presumir que la torre debió reconstruirse entre finales del siglo XIV y comienzos del XV.
Características arquitectónicas
Tiene planta rectangular. Sugiere una sensación de esbeltez impropia del grosor de sus muros, que alcanza los dos metros de espesor. Para su edificación se empleó, fundamentalmente, sillarejo. Los remates angulares se afinaron, no obstante, con cantería de impecable talla. Se corona con almena. El acceso al interior se verificaba, originalmente, a Iravés de una puerta elevada. La restauración de que ha sido objeto ha hecho variar la estructura interna, ampliando el número de pisos que en su origen tuvo la torre. Presenta ventanas geminadas, con sencillo parteluz y arcos ligeramente apuntados. El blasón de notable tamaño que se conserva sobre la actual puerta de ingreso corresponde al linaje Villamor. El escudo de los Velasco se exhibe en otras partes del edificio.
Estado de conservación
Luce una espléndida estampa. Conservó su estructura central básica y ha sido restaurada. Es de propiedad particular. Carece de uso.