La repoblación de la villa de Béjar no debió hacerse efectiva hasta comienzos del siglo XIII, bajo el reinado de Alfonso VIII. Béjar tenía interés estratégico como plaza de segunda fila defensiva al norte de la frontera occidental del Tajo.
Reseña histórica
Los historiadores fechan la fortificación de la plaza de Béjar en los albores de la decimotercera centuria, momento en que debió erigirse el edificio que con el transcurso del tiempo daría origen al palacio ducal que, notablemente transformado, ha llegado hasta nosotros. El monarca Enrique III cedió, en los últimos años del siglo XIV, la villa a Diego López de Zúñiga. Sus descendientes serán intitulados Duques de Béjar. La transformación del castillo en palacio alcanza su moment o de mayor trascendencia a mediados del siglo XVI, cuando se construye el interesante patio porticado.
Características arquitectónicas
El conjunto que hoy podemos admirar ofrece un aspecto externo muy diferente del planteamiento original, que era de simple planta rectangular con cubos angulares. Toda su estructura acusa las consecuencias de la transformación del castillo en palacio residencial. Los únicos vestigios de su plano original se encuentran al frente del edificio, entre dos torres cilíndricas hoy rematadas con chapitel pizarroso. En su construcción se empleó mampuesto grisáceo y sillarejo. El mayor interés del conjunto reside en su patio de dos alturas, que muestra dos alas porticadas - comunicadas con el espacio central mediante amplios arcos de medio punto - y una escalera también con galería columnada bajo arcos deprimidos rectilíneos.
Estado de conservación
El edificio original ha sido engullido por edificaciones posteriores, y sólo conserva la parte frontal de su estructura, notablemente transformada. Se respetó, sin embargo, el patio porticado del palacio. El edificio acoge un centro docente público.
(Los castillos y fortalezas de Castilla y León - Carlos M. Martín Jiménez)
Reseña histórica
Los historiadores fechan la fortificación de la plaza de Béjar en los albores de la decimotercera centuria, momento en que debió erigirse el edificio que con el transcurso del tiempo daría origen al palacio ducal que, notablemente transformado, ha llegado hasta nosotros. El monarca Enrique III cedió, en los últimos años del siglo XIV, la villa a Diego López de Zúñiga. Sus descendientes serán intitulados Duques de Béjar. La transformación del castillo en palacio alcanza su moment o de mayor trascendencia a mediados del siglo XVI, cuando se construye el interesante patio porticado.
Características arquitectónicas
El conjunto que hoy podemos admirar ofrece un aspecto externo muy diferente del planteamiento original, que era de simple planta rectangular con cubos angulares. Toda su estructura acusa las consecuencias de la transformación del castillo en palacio residencial. Los únicos vestigios de su plano original se encuentran al frente del edificio, entre dos torres cilíndricas hoy rematadas con chapitel pizarroso. En su construcción se empleó mampuesto grisáceo y sillarejo. El mayor interés del conjunto reside en su patio de dos alturas, que muestra dos alas porticadas - comunicadas con el espacio central mediante amplios arcos de medio punto - y una escalera también con galería columnada bajo arcos deprimidos rectilíneos.
Estado de conservación
El edificio original ha sido engullido por edificaciones posteriores, y sólo conserva la parte frontal de su estructura, notablemente transformada. Se respetó, sin embargo, el patio porticado del palacio. El edificio acoge un centro docente público.
(Los castillos y fortalezas de Castilla y León - Carlos M. Martín Jiménez)