Dos joyas arquitectónicas agrupa la plaza de Quintana de Valdivieso. Apenas un centenar de metros separan los palacios de Loja y San Martín, dos soberbias muestras de la arquitectura fortificada burgalesa.
Reseña histórica
La Torre de Loja debió edificarse entre finales del siglo XV y comienzos XVI. Se cita al matrimonio formado por don Juan Sánchez Sarabia de Rueda y doña María Fernández de Beñe como impulsor de la obra.
Dos siglos después el heredero del mayorazgo -Francisco José de Landeta - obtuvo el título de conde de la Casa de Loja. La torre de San Martín reúne los caracteres de un palacio renacentista. Fue construida por la familia de la que toma su nombre, posiblemente en el siglo XVII.
Características arquitectónicas
El conjunto de la torre de Loja está compuesto por torreón y vieja edificación aneja - seguramente anterior-. La torre tiene planta cuadrada. Se levantó con sillería. Existían vestigios de una vieja cerca que ha sido recompuesta tras las obras de restauración integral del recinto, en las se ha añadido algún componente de materiales absolutamente exóticos que nada tienen que ver ni con la fábrica original ni con la idea estilística que animaba la planificación del conjunto. Los resaltes más sobresalientes se encuentran en su corona. Las esquinas del tramo terminal se adornan con hermosos garitones. En medio de uno de sus muros se instaló una muy hermosa buharda defensiva volada. Todo el remate superior se recorre con almena. Son muy llamativas las gárgolas zoomorfas mediante las que desagua la cubierta superior. La torre tuvo originalmente cuatro pisos - incluido el de nivel de suelo -, además terraza.
La torre de San Martín se levantó con cantería grisácea de talla irregular. En su planta superior abría ventanas pareadas de amplio arco de medio punto. En su coronación se instalaron delicadas garitas voladas. El parapeto del remate se sustituyó, en la fachada que miraba hacia el interior de las dependencias anejas, por una barandilla. El desagüe de la cubierta se canalizaba también mediante gárgolas zoomorfas.
Estado de conservación
La Torre de Loja se ha conservado casi completa y ha sido restaurada. Es de propiedad particular. La de San Martín sufrió arruinamiento de sus estructuras internas, pero conservó las externas de la torre.
(Los castillos y fortalezas de Castilla y León - Carlos M. Martín Jiménez)
Reseña histórica
La Torre de Loja debió edificarse entre finales del siglo XV y comienzos XVI. Se cita al matrimonio formado por don Juan Sánchez Sarabia de Rueda y doña María Fernández de Beñe como impulsor de la obra.
Dos siglos después el heredero del mayorazgo -Francisco José de Landeta - obtuvo el título de conde de la Casa de Loja. La torre de San Martín reúne los caracteres de un palacio renacentista. Fue construida por la familia de la que toma su nombre, posiblemente en el siglo XVII.
Características arquitectónicas
El conjunto de la torre de Loja está compuesto por torreón y vieja edificación aneja - seguramente anterior-. La torre tiene planta cuadrada. Se levantó con sillería. Existían vestigios de una vieja cerca que ha sido recompuesta tras las obras de restauración integral del recinto, en las se ha añadido algún componente de materiales absolutamente exóticos que nada tienen que ver ni con la fábrica original ni con la idea estilística que animaba la planificación del conjunto. Los resaltes más sobresalientes se encuentran en su corona. Las esquinas del tramo terminal se adornan con hermosos garitones. En medio de uno de sus muros se instaló una muy hermosa buharda defensiva volada. Todo el remate superior se recorre con almena. Son muy llamativas las gárgolas zoomorfas mediante las que desagua la cubierta superior. La torre tuvo originalmente cuatro pisos - incluido el de nivel de suelo -, además terraza.
La torre de San Martín se levantó con cantería grisácea de talla irregular. En su planta superior abría ventanas pareadas de amplio arco de medio punto. En su coronación se instalaron delicadas garitas voladas. El parapeto del remate se sustituyó, en la fachada que miraba hacia el interior de las dependencias anejas, por una barandilla. El desagüe de la cubierta se canalizaba también mediante gárgolas zoomorfas.
Estado de conservación
La Torre de Loja se ha conservado casi completa y ha sido restaurada. Es de propiedad particular. La de San Martín sufrió arruinamiento de sus estructuras internas, pero conservó las externas de la torre.
(Los castillos y fortalezas de Castilla y León - Carlos M. Martín Jiménez)