Durante el siglo XVI Alba alcanza su máximo esplendor bajo la influencia del estratega militar Fernando Álvarez de Toledo, tercer titular del ducado, que ha pasado a los anales históricos con el sobrenombre de Gran Duque de Alba. Se atribuye a la localidad de Alba de Tormes la condición de "cuna del teatro español". Juan del Enzina y Lope de Vega se establecieron en la villa cuando más florecía su vida cultural.
Reflejo del siglo de oro de esta localidad salmantina es su abundoso muestrario urbano de riquezas arquitectónicas y culturales.
Reseña histórica
A comienzos de la decimosegunda centuria el monarca Alfonso VI encomienda a su yerno, el conde Raimundo de Borgoña, la repoblación de Alba de Tormes. Queda la población, desde entonces, protegida por un recinto amurallado. Juan II entrega la villa, en 1429, al obispo de Palencia Gutierre de Toledo, iniciador de una dinastía que
ejercerá notable influencia en la vida social y política. Este personaje impulsa el inicio de las obras del castillo, que serán continuadas por Don García Alvarez de Toledo -intitulado duque de Alba en 1472- y su sucesor Don Fadrique de Arelar. En el siglo XVI, gracias a la iniciativa del III duque, don Fernando Álvarez de Toledo, el inmueble se convierte en suntuoso palacio ducal. El edificio fue saqueado durante la Guerra de la Independencia. Las tropas francesas lo incendiaron en el momento de su retirada.
Características arquitectónicas
Del conjunto palaciego fortificado se ha conservado, únicamente, la muy singular Torre de la Armería, levantada en el siglo XV. Tiene forma cilindrica. A su estructura central se adosan un contundente contrafuerte y algunas torres rectangulares. Su interior se divide en cuatro estancias, restauradas a mediados del siglo XX. La denominada Sala de la Armería muestra interesantes pinturas murales renacentistas, que reproducen escenas de la batalla de Mühiberg. La investigación arqueológica
ha desvelado que formaba parte de un castillo de planta cuadrada con cubos en dos de sus ángulos y una compleja estructura palaciega interna.
Sin embargo los tratadistas tropiezan con serios problemas al intentar analizar la homogeneidad del conjunto, habiéndose llegado a plantear que el palacio ducal y la torre formaban estructuras independientes.
Estado de conservación
La torre de la Armería -única parte conservada- ha sido restaurada y adecuada para albergar un museo. Pertenece a la casa de Alba.
Reflejo del siglo de oro de esta localidad salmantina es su abundoso muestrario urbano de riquezas arquitectónicas y culturales.
Reseña histórica
A comienzos de la decimosegunda centuria el monarca Alfonso VI encomienda a su yerno, el conde Raimundo de Borgoña, la repoblación de Alba de Tormes. Queda la población, desde entonces, protegida por un recinto amurallado. Juan II entrega la villa, en 1429, al obispo de Palencia Gutierre de Toledo, iniciador de una dinastía que
ejercerá notable influencia en la vida social y política. Este personaje impulsa el inicio de las obras del castillo, que serán continuadas por Don García Alvarez de Toledo -intitulado duque de Alba en 1472- y su sucesor Don Fadrique de Arelar. En el siglo XVI, gracias a la iniciativa del III duque, don Fernando Álvarez de Toledo, el inmueble se convierte en suntuoso palacio ducal. El edificio fue saqueado durante la Guerra de la Independencia. Las tropas francesas lo incendiaron en el momento de su retirada.
Características arquitectónicas
Del conjunto palaciego fortificado se ha conservado, únicamente, la muy singular Torre de la Armería, levantada en el siglo XV. Tiene forma cilindrica. A su estructura central se adosan un contundente contrafuerte y algunas torres rectangulares. Su interior se divide en cuatro estancias, restauradas a mediados del siglo XX. La denominada Sala de la Armería muestra interesantes pinturas murales renacentistas, que reproducen escenas de la batalla de Mühiberg. La investigación arqueológica
ha desvelado que formaba parte de un castillo de planta cuadrada con cubos en dos de sus ángulos y una compleja estructura palaciega interna.
Sin embargo los tratadistas tropiezan con serios problemas al intentar analizar la homogeneidad del conjunto, habiéndose llegado a plantear que el palacio ducal y la torre formaban estructuras independientes.
Estado de conservación
La torre de la Armería -única parte conservada- ha sido restaurada y adecuada para albergar un museo. Pertenece a la casa de Alba.