A pesar del aislamiento, la dureza climática y las escasas posibilidades de cultivos, en el término de Fortanete hay huellas de un poblamiento bastante antiguo. Se conocen hallazgos de la Edad de Piedra y de la Edad de Hierro, y también asentamientos ibéricos en la cercanías del actual Fortanete, pero no es posible asegurar la permanencia de estos elementos de hábitat, en todo caso bastante discontínuos, hasta época medieval.
Este territorio fue incorporado al reino de Aragón hacia 1169, por Alfonso II, que ideó una estrategia de ocupación poblacional de los espacios situados entonces en la línea de defensa frente al reino almohade de Valencia. Veinte años más tarde toda la comarca acabó por integrarse en una encomienda de la orden militar de San Juan de Jerusalén, con sede central en la localidad de Aliaga, dependiente de la Castellanía de Amposta. Los Hospitalarios extenderán sus dominios progresivamente sobre las poblaciones de estas serranías ibéricas: Pitarque, Villarroya de los Pinares, Miravete de la Sierra , Fortanete y Sollavientos.
Pedro II entregó el castillo de Fortanete a la Orden del Hospital en junio de 1202, en manos de Jimeno de Lavata, a la sazón castellán de Amposta. La donación hace mención expresa a la existencia de un castrum meum quod vocatur fortaner, lo que confirma el carácter fortificado del poblamiento cristiano de esa localidad a fines del siglo XII. El texto recalca también la función militar que se asignó a los señores de las fortalezas erigidas en ese flanco de la frontera con el Islam, función ofensivo-defensiva que compartían con los nuevos pobladores.
La delimitación de los términos de Fortanete que hizo el monarca es bien expresiva a este respecto:
..."por tres partes, el decurso de las aguas y por la cuarta hacia tierra de los sarracenos, que tengan por términos cuanto los frayles pudieran ocupar y ensanchar, según los acuerdos establecidos entre el Hospital y yo".
La posición estratégica de Fortanete en ese momento histórico abocaba a sus pobladores a la depredación de los territorios musulmanes y al asalto violento de sus gentes como medio de vida en un claro ejemplo de la fórmula de ocupación del territorio preconizada por los reyes aragoneses en el sur de Aragón. No disponemos de información precisa sobre los alicientes y compensaciones que se ofrecieron a los cristianos que fuesen a poblarlo en los momentos iniciales de su existencia como lugar del Hospital. Quizá se les aplicara el Fuero de Daroca - que era el de los pobladores de Aliaga - acompañado por algunos aspectos derivados de las tradiciones características de los territorios de la "Extremadura"; y también cabe suponer que los frailes reservaran otros incentivos forales específicos para los vecinos de Fortanete.
Tanto el Hospital como los monarcas procuraron mantener y acrecentar los beneficios económicos - bajo la forma de privilegios – para fijar la población en sus dominios. Así, en 1170, Alfonso II ya habia eximido al Hospital y a sus hombres del pago le lezda, peaje y cualquier otra costumbre lesiva para el tráfico de personas y bienes.
(Ayuntamiento de Fortanete)
Este territorio fue incorporado al reino de Aragón hacia 1169, por Alfonso II, que ideó una estrategia de ocupación poblacional de los espacios situados entonces en la línea de defensa frente al reino almohade de Valencia. Veinte años más tarde toda la comarca acabó por integrarse en una encomienda de la orden militar de San Juan de Jerusalén, con sede central en la localidad de Aliaga, dependiente de la Castellanía de Amposta. Los Hospitalarios extenderán sus dominios progresivamente sobre las poblaciones de estas serranías ibéricas: Pitarque, Villarroya de los Pinares, Miravete de la Sierra , Fortanete y Sollavientos.
Pedro II entregó el castillo de Fortanete a la Orden del Hospital en junio de 1202, en manos de Jimeno de Lavata, a la sazón castellán de Amposta. La donación hace mención expresa a la existencia de un castrum meum quod vocatur fortaner, lo que confirma el carácter fortificado del poblamiento cristiano de esa localidad a fines del siglo XII. El texto recalca también la función militar que se asignó a los señores de las fortalezas erigidas en ese flanco de la frontera con el Islam, función ofensivo-defensiva que compartían con los nuevos pobladores.
La delimitación de los términos de Fortanete que hizo el monarca es bien expresiva a este respecto:
..."por tres partes, el decurso de las aguas y por la cuarta hacia tierra de los sarracenos, que tengan por términos cuanto los frayles pudieran ocupar y ensanchar, según los acuerdos establecidos entre el Hospital y yo".
La posición estratégica de Fortanete en ese momento histórico abocaba a sus pobladores a la depredación de los territorios musulmanes y al asalto violento de sus gentes como medio de vida en un claro ejemplo de la fórmula de ocupación del territorio preconizada por los reyes aragoneses en el sur de Aragón. No disponemos de información precisa sobre los alicientes y compensaciones que se ofrecieron a los cristianos que fuesen a poblarlo en los momentos iniciales de su existencia como lugar del Hospital. Quizá se les aplicara el Fuero de Daroca - que era el de los pobladores de Aliaga - acompañado por algunos aspectos derivados de las tradiciones características de los territorios de la "Extremadura"; y también cabe suponer que los frailes reservaran otros incentivos forales específicos para los vecinos de Fortanete.
Tanto el Hospital como los monarcas procuraron mantener y acrecentar los beneficios económicos - bajo la forma de privilegios – para fijar la población en sus dominios. Así, en 1170, Alfonso II ya habia eximido al Hospital y a sus hombres del pago le lezda, peaje y cualquier otra costumbre lesiva para el tráfico de personas y bienes.
(Ayuntamiento de Fortanete)