Situado en las inmediaciones de la Vía Metellinum que pasaba por Iulipa, la actual Zalamea, se construyó este singular y gran monumento funerario de casi 24 metros de altura. Posiblemente sea el más importante de sus características en el mundo romano, tanto por su tamaño como por su diseño, con seguridad el único de la península. Este diseño tiene claras influencias griegas y asirias, donde eran comunes estos dístylos. Su situación original, además de cerca de la calzada romana lo ubica en una posible necrópolis romana, ya que se han encontrado lápidas en sus alrededores. Parece que se erigió en el año 103 en honor al emperador Trajano y como cenotafio de una de sus hijas, este último punto está sin demostrar.
Su aceptable estado de conservación se debe a que formó parte de la fábrica de los muros de la iglesia local construida en el S.XVI. En esta situación se mantuvo hasta el año 1.961 en que se "extrajo" y se restauró en su localización actual, gracias a los arquitectos Menéndez-Pidal y García Bellido.
Su fábrica es de piedra de granito configurada en sillares en hiladas horizontales y de tamaño bastante regular. Está directamente situado sobre una roca superficial, con lo que se evitó la excavación y cimentación. Compuesto por un podium de 1,40 m. de altura sobre el que se asienta el cuerpo principal del basamento, de 6,40 m. Este, se compone de un alzado perimetral de pilastras (cuatro en las fachadas principales y tres en las laterales). Estas son estriadas -solo en sus 2/3 superiores- en cuatro canales, con basas, coronadas con capiteles y colocadas sobre plintos perimetrales.
El estilo de los capiteles es una incógnita ya que han desaparecido, en la restauración se ha optado por el orden corintio.
Sobre ellas se encuentra un entablamento con cornisa final. Sobre este basamento se levantan las dos impresionantes columnas con fustes de 1,45 m. de diámetro en su base. Las dos serían iguales en altura y coronadas por capiteles corintios. Sobre uno de ellos se adivina un arquitrabe que nos deja la incógnita de como estaría finalizado el monumento.
Su aceptable estado de conservación se debe a que formó parte de la fábrica de los muros de la iglesia local construida en el S.XVI. En esta situación se mantuvo hasta el año 1.961 en que se "extrajo" y se restauró en su localización actual, gracias a los arquitectos Menéndez-Pidal y García Bellido.
Su fábrica es de piedra de granito configurada en sillares en hiladas horizontales y de tamaño bastante regular. Está directamente situado sobre una roca superficial, con lo que se evitó la excavación y cimentación. Compuesto por un podium de 1,40 m. de altura sobre el que se asienta el cuerpo principal del basamento, de 6,40 m. Este, se compone de un alzado perimetral de pilastras (cuatro en las fachadas principales y tres en las laterales). Estas son estriadas -solo en sus 2/3 superiores- en cuatro canales, con basas, coronadas con capiteles y colocadas sobre plintos perimetrales.
El estilo de los capiteles es una incógnita ya que han desaparecido, en la restauración se ha optado por el orden corintio.
Sobre ellas se encuentra un entablamento con cornisa final. Sobre este basamento se levantan las dos impresionantes columnas con fustes de 1,45 m. de diámetro en su base. Las dos serían iguales en altura y coronadas por capiteles corintios. Sobre uno de ellos se adivina un arquitrabe que nos deja la incógnita de como estaría finalizado el monumento.