A seis kilómetros del casco urbano se encuentra en el Monte el Viejo, lugar que en 1191 el rey Alfonso VIII vende a la ciudad y al cabildo de la Catedral de Palencia por un precio de dos millares y un centenar de áureos. Esta propiedad compartida va a enfrentar los siglos posteriores a sus propietarios por los derechos y beneficios por la explotación de los pastos y leña que producía el monte.
Con la ley de desamortización general de 1855 y ante el temor que todo el monte fuese considerado bien eclesiástico sujeto a desamortización, el cabildo renuncia temporalmente a su administración. Al no incluirse en 1897 en el catálogo de Bienes Nacionales Vendibles, el Ayuntamiento aprovecha para inscribirlo a su nombre en el Registro de la Propiedad.
Mientras, en 1856 se había vendido el Valle de San Juan y en el último tercio del siglo el llamado Nuevo Plantío, quedando su superficie actual en 1.435 has. de las 2.514 que lo formaban inicialmente.
Debido a los daños, robos de leña y maltrato a los guardas por parte de gentes de las vecinas localidades de Villamuriel, Dueñas y Santa Cecilia, en 1503 se acuerda hacer en el monte una casa fuerte de cal y canto que sirviera de refugio a los guardas. Esta construcción es la que ha llegado a nuestros días con el nombre de Casa Grande.
Según R. Navarro, se asienta sobre un castro romano en la vía militar de Tarragona a Astorga. Está formada por una torre central a la que se adosaron posteriormente dos cuerpos y una cerca para guardar ganado. Todo el conjunto está muy reformado y así se aprecia un recrecimiento de la torre a partir del tercer piso y el posterior cierre de un gran hueco central existente en la parte superior de cada una de sus caras. La puerta, con arco de medio punto formado por dovelas, contó para su defensa con un balcón amatacanado del que se conservan las tres ménsulas que lo sostenían.
Actualmente el Monte el Viejo es uno de los lugares preferidos por los palentinos para disfrutar su tiempo libre y la Casa Grande se ha convertido en bar y restaurante.