El castillo de Narahío se alza sobre una montaña en lo alto de una cañada formada por el río Castro, dominando todo el valle en un paraje que impresiona al visitante, en el término municipal de San Sadurniño, provincia de A Coruña.
No se conoce la fecha de su construcción, y aunque hay quien dice que fue construido por los moros, lo más probable es que fuera edificado a principios del siglo XIV.
La primera noticia bien documentada que se tiene de este castillo es que pertenecía a Gonzalo Piñeiro, caballero que estuvo del lado de Pedro I el Cruel en las luchas fratricidas, por lo que Enrique II el de las Mercedes le despojó de la fortaleza y se la concedió a Fernán Pérez de Andrade, quien a partir de entonces ejerció señorío desde ella.
En el año 1466 fue destruido por los hombres de Alfonso de Lanzós en la revuelta Irmandiña y en 1469 fue reconstruido por Diego de Andrade. Desde 1603 esta abandonado y en evidente deterioro.
Ahora mismo está en "obras" para recuperarlo, pero por lo visto estas obras están, al igual que el castillo, en deterioro y abandono.
La planta de este castillo es muy irregular, ya que tuvo que adaptarse a las desigualdades del terreno. Dada su posición no necesita fosos ni puente levadizo. Se conserva la torre del Homenaje, la puerta principal hacia el este y restos del edificio poligonal que cerraba el patio de honor.
A la torre del Homenaje, situada en el centro, le falta la parte superior, alcanzando solo unos 16 metros de altura. En ella se pueden apreciar algunas saeteras y la puerta de entrada.
Encima del techo abovedado ha crecido abundante vegetación. En la puerta principal, de reja, se conserva el escudo, muy erosionado.
Parece ser que existen vestigios de un túnel que comunica el sótano de la torre del Homenaje con la orilla del río, aunque no es fácil explorar el terreno por la maleza que lo cubre y lo abrupto que es.
Pertenece a la Casa Ducal de Alba.
No se conoce la fecha de su construcción, y aunque hay quien dice que fue construido por los moros, lo más probable es que fuera edificado a principios del siglo XIV.
La primera noticia bien documentada que se tiene de este castillo es que pertenecía a Gonzalo Piñeiro, caballero que estuvo del lado de Pedro I el Cruel en las luchas fratricidas, por lo que Enrique II el de las Mercedes le despojó de la fortaleza y se la concedió a Fernán Pérez de Andrade, quien a partir de entonces ejerció señorío desde ella.
En el año 1466 fue destruido por los hombres de Alfonso de Lanzós en la revuelta Irmandiña y en 1469 fue reconstruido por Diego de Andrade. Desde 1603 esta abandonado y en evidente deterioro.
Ahora mismo está en "obras" para recuperarlo, pero por lo visto estas obras están, al igual que el castillo, en deterioro y abandono.
La planta de este castillo es muy irregular, ya que tuvo que adaptarse a las desigualdades del terreno. Dada su posición no necesita fosos ni puente levadizo. Se conserva la torre del Homenaje, la puerta principal hacia el este y restos del edificio poligonal que cerraba el patio de honor.
A la torre del Homenaje, situada en el centro, le falta la parte superior, alcanzando solo unos 16 metros de altura. En ella se pueden apreciar algunas saeteras y la puerta de entrada.
Encima del techo abovedado ha crecido abundante vegetación. En la puerta principal, de reja, se conserva el escudo, muy erosionado.
Parece ser que existen vestigios de un túnel que comunica el sótano de la torre del Homenaje con la orilla del río, aunque no es fácil explorar el terreno por la maleza que lo cubre y lo abrupto que es.
Pertenece a la Casa Ducal de Alba.