Se sitúa en un alto, como enseñoreándose de Vega de Valcarce, precisamente, en la otra ladera contraria al Castillo de Auctares.
Algunos autores llaman a Sarracín “Castro Veiga”, localizando a Sta. Mª de Auctares entre Trabadelo y A Portela.
Los Valcarce emparentaron con la nobleza gallega, con los Balboa, los Armesto, los Monterrey, los Condes de Lemos, con los Marqueses de Villafranca, la Casa de Doncos,… El escudo de Vega de Valcarce incluye “cinco estacas”, pudiéndose apreciar en la casa de Castedo. Originariamente, este escudo representaba a la casa de España y fue ganado, según la leyenda, en una partida de naipes. No obstante, los Fuentes (apellido frecuente entre la población) poseen como escudo el de “la Flor de Lis”, tal vez porque sus raíces hay que buscarlas en los francos. Y es que, en la heráldica, “la Flor de Lis” estaba presente en el escudo de los merovingios. De todas formas, el escudo de los Valcarce es uno de los más históricos, nobles y valorados de Galicia.
El surgimiento de la saga noble de los Valcarce radica en las batallas que libraron contra el enemigo musulmán. Gándara lo describe en estos términos:“Proceden los de este linaje de unos caballeros que en el año 715, cuando los moros estaban en Galicia, por el Valle del Valcarce, les hicieron tal resistencia desde las alturas de este angosto valle que se dice que mataron 12.000 de ellos con sólo pérdida de 20 cristianos”. Asimismo, se cuenta otra versión más popular sobre “las cinco estacas”, con relación al tributo de las Cien Doncellas: los moros reclamaban el tributo de las Doncellas cuando cinco mozalbetes osados del Valcarce se decidieron y atacaron a los moros con las célebres estacas, liberando con ello a las doncellas. En agradecimiento a esta gesta se les concedió y premió con un escudo que recogía las cinco estacas.
Las hazañas de la lucha de los Valcarce se contiene en este texto de 1.550, cuyo autor fue el Licenciado Molina: “Hacia la entrada del reyno gallego -viniendo el rey moro con grande cuadrilla a soguzgallo tambien con Castilla -con su morisma la vuelta de luego pues estacas sin armas, ni fuego -defiende Valcarce tambien su partido que desta su tierra les viene apellido -a los Valcarceres bien solariegos”.
Con posterioridad, Fernando II autoriza a la Orden Templaria a asentarse en el Castillo de Ponferrada y, en 1.228, en el de Cornatel (Ulver). La Orden, cuya misión era la protección a los peregrinos, se instalaría en el lugar de Valcarce para permitir efectuar el cobro del portazgo a los peregrinos, desde el Castillo de Auctares. Esta práctica fue prohibida por Alfonso VI el 17 de noviembre de 1.072. Sin embargo, esta derogación únicamente afectaba a los peregrinos y prosiguió exigiéndose a los demás, como se corrobora en la donación que Alfonso IX dispuso de las tierras de Valcarce a favor de la Iglesia compostelana donde exceptúa de modo expreso la cesión del “portazgo”.
El Códex Calixtinus fue escrito hacia el año 1.135 y en él se menciona la famosa e imprecisamente localizada hasta ahora “villaus”, que se correspondería con el Monte de la Vilela, o bien cabe que fuera un poblado del área en aquella época.
El Castillo de Sarracín está enclavado sobre un picacho en la ladera del monte de la Vilela (Villaus), siendo que el histórico Camino Jacobeo continuaba hacia San Julián (topónimo templario). En la Vilela confluían el camino usado por los que sorteaban “el portazgo”, tomando como itinerario el desvío por el Valle de Sanfiz para llegar a Vilasinde (Hospital de Vilasinde) y encaminarse por el monte hasta San Julián, Lindoso y terminar por reintegrarse en A Faba. Conforme a la descripción del Códex Calixtinus: “Villafranca, después Villaus, el puerto del monte Cebrero”.
Algunos autores llaman a Sarracín “Castro Veiga”, localizando a Sta. Mª de Auctares entre Trabadelo y A Portela.
Los Valcarce emparentaron con la nobleza gallega, con los Balboa, los Armesto, los Monterrey, los Condes de Lemos, con los Marqueses de Villafranca, la Casa de Doncos,… El escudo de Vega de Valcarce incluye “cinco estacas”, pudiéndose apreciar en la casa de Castedo. Originariamente, este escudo representaba a la casa de España y fue ganado, según la leyenda, en una partida de naipes. No obstante, los Fuentes (apellido frecuente entre la población) poseen como escudo el de “la Flor de Lis”, tal vez porque sus raíces hay que buscarlas en los francos. Y es que, en la heráldica, “la Flor de Lis” estaba presente en el escudo de los merovingios. De todas formas, el escudo de los Valcarce es uno de los más históricos, nobles y valorados de Galicia.
El surgimiento de la saga noble de los Valcarce radica en las batallas que libraron contra el enemigo musulmán. Gándara lo describe en estos términos:“Proceden los de este linaje de unos caballeros que en el año 715, cuando los moros estaban en Galicia, por el Valle del Valcarce, les hicieron tal resistencia desde las alturas de este angosto valle que se dice que mataron 12.000 de ellos con sólo pérdida de 20 cristianos”. Asimismo, se cuenta otra versión más popular sobre “las cinco estacas”, con relación al tributo de las Cien Doncellas: los moros reclamaban el tributo de las Doncellas cuando cinco mozalbetes osados del Valcarce se decidieron y atacaron a los moros con las célebres estacas, liberando con ello a las doncellas. En agradecimiento a esta gesta se les concedió y premió con un escudo que recogía las cinco estacas.
Las hazañas de la lucha de los Valcarce se contiene en este texto de 1.550, cuyo autor fue el Licenciado Molina: “Hacia la entrada del reyno gallego -viniendo el rey moro con grande cuadrilla a soguzgallo tambien con Castilla -con su morisma la vuelta de luego pues estacas sin armas, ni fuego -defiende Valcarce tambien su partido que desta su tierra les viene apellido -a los Valcarceres bien solariegos”.
Con posterioridad, Fernando II autoriza a la Orden Templaria a asentarse en el Castillo de Ponferrada y, en 1.228, en el de Cornatel (Ulver). La Orden, cuya misión era la protección a los peregrinos, se instalaría en el lugar de Valcarce para permitir efectuar el cobro del portazgo a los peregrinos, desde el Castillo de Auctares. Esta práctica fue prohibida por Alfonso VI el 17 de noviembre de 1.072. Sin embargo, esta derogación únicamente afectaba a los peregrinos y prosiguió exigiéndose a los demás, como se corrobora en la donación que Alfonso IX dispuso de las tierras de Valcarce a favor de la Iglesia compostelana donde exceptúa de modo expreso la cesión del “portazgo”.
El Códex Calixtinus fue escrito hacia el año 1.135 y en él se menciona la famosa e imprecisamente localizada hasta ahora “villaus”, que se correspondería con el Monte de la Vilela, o bien cabe que fuera un poblado del área en aquella época.
El Castillo de Sarracín está enclavado sobre un picacho en la ladera del monte de la Vilela (Villaus), siendo que el histórico Camino Jacobeo continuaba hacia San Julián (topónimo templario). En la Vilela confluían el camino usado por los que sorteaban “el portazgo”, tomando como itinerario el desvío por el Valle de Sanfiz para llegar a Vilasinde (Hospital de Vilasinde) y encaminarse por el monte hasta San Julián, Lindoso y terminar por reintegrarse en A Faba. Conforme a la descripción del Códex Calixtinus: “Villafranca, después Villaus, el puerto del monte Cebrero”.