Durante el periodo andalusí se conocerá como Shant Yala y es bajo el dominio almohade cuando se construye el recinto amurallado que vemos hoy en día. Una crónica árabe nos ilustra acerca de cómo el rey castellano Alfonso VIII, en su incursión por tierras de Al Ándalus toma la ciudad y su castillo en 1182 haciendo setecientos prisioneros y dejando la plaza defendida por quinientos caballeros y mil soldados. Sayib Abu Ishaq, hijo del rey almohade Abu Yaqub, ataca la fortaleza y la asedia durante treinta y seis días, levantando el cerco cuando Alfonso VIII acude en su socorro. Finalmente el rey castellano reúne a los supervivientes y abandona la plaza que, gracias a Fernando III, volverá a manos cristianas por capitulación pacífica en 1241, quedando vinculada primero a la corona y más tarde donada al Concejo de Córdoba por Alfonso X.
En 1474, siendo alcaide don Alonso Fernández de Córdoba, el castillo es atacado por su pariente el Conde de Cabra don Diego Fernández de Córdoba y defendido por Gonzalo Fernández, el Gran Capitán, que es hecho prisionero en la defensa y más tarde liberado por los Reyes Católicos. Durante estos acontecimientos el castillo es destruido en gran parte, sufriendo asimismo grandes desperfectos el recinto amurallado de la ciudad.
Obra musulmana de época almohade, acaso de finales del siglo XII, destaca el recinto amurallado que acoge el Patio de Armas, la Torre del Homenaje y dos amplios aljibes que las construcciones modernas han ido transformando y enmascarando. Especial interés tiene el lienzo de muralla que asoma y domina la Plaza Mayor, en el que se ve una típica puerta con arco de herradura y entrada en recodo, así como la mencionada torre, que los habitantes de Santaella llaman “El Castillo” y que está construida con muros de adobe donde se prodigan los típicos mechinales. Una reforma renacentista anima su exterior con un precioso ventanal almohadillado.
En 1474, siendo alcaide don Alonso Fernández de Córdoba, el castillo es atacado por su pariente el Conde de Cabra don Diego Fernández de Córdoba y defendido por Gonzalo Fernández, el Gran Capitán, que es hecho prisionero en la defensa y más tarde liberado por los Reyes Católicos. Durante estos acontecimientos el castillo es destruido en gran parte, sufriendo asimismo grandes desperfectos el recinto amurallado de la ciudad.
Obra musulmana de época almohade, acaso de finales del siglo XII, destaca el recinto amurallado que acoge el Patio de Armas, la Torre del Homenaje y dos amplios aljibes que las construcciones modernas han ido transformando y enmascarando. Especial interés tiene el lienzo de muralla que asoma y domina la Plaza Mayor, en el que se ve una típica puerta con arco de herradura y entrada en recodo, así como la mencionada torre, que los habitantes de Santaella llaman “El Castillo” y que está construida con muros de adobe donde se prodigan los típicos mechinales. Una reforma renacentista anima su exterior con un precioso ventanal almohadillado.