Se trata de una torre maciza situada el la ladera del Cerro de la Atalaya, formando ángulo de dos lienzos. Mide 3,10 x 3,80. Formaba parte de las defensas del castillo situado en lo alto del cerro.
En las Relaciones topográficas se afirma que en siglo XVI en la localidad no había torres ni castillo, llegándose a la conclusión que el poblado medieval situado en la cumbre, sus moradores bajaron a la falda del cerro para establecer un nuevo emplazamiento mas moderno, levantando sus casas con las piedras de la muralla y del castillo.
Catalina García detecto restos de cerámica medieval en la cumbre del cerro, sin identificar testimonios arqueológicos árabes.
Desde la torre a la cima hay unos 40 metros, apareciendo gran cantidad de cerámica, predominando la árabe sobre la islámica, celtibérica o romana, de tonalidades rojas y anaranjadas. Como la cerámica árabe se encuentra por toda la falda del monte y de los restos de un muro que partiendo de la torre rodeaba todo el cerro, se llega a la conclusión de que estamos en un importante poblamiento islámico que utilizarían los conquistadores cristianos, aunque la torre no presenta arquitectura islámica.
La torre se situaba en un angulo de la cerca, descártandose, de que fuera un torreón aislado o atalaya. y en la cima se ven restos de muros con fabrica se ven restos de muros similares a los de Peñahora.
Es decir, en la cumbre hubo un castillo o hish árabe de 20 metros de longitud por 10 de latitud, equivalente a 200 metros aproximados, rodeado de cerca abajo formando a manera de albacar donde quedaría instalada la población.
En las Relaciones topográficas se afirma que en siglo XVI en la localidad no había torres ni castillo, llegándose a la conclusión que el poblado medieval situado en la cumbre, sus moradores bajaron a la falda del cerro para establecer un nuevo emplazamiento mas moderno, levantando sus casas con las piedras de la muralla y del castillo.
Catalina García detecto restos de cerámica medieval en la cumbre del cerro, sin identificar testimonios arqueológicos árabes.
Desde la torre a la cima hay unos 40 metros, apareciendo gran cantidad de cerámica, predominando la árabe sobre la islámica, celtibérica o romana, de tonalidades rojas y anaranjadas. Como la cerámica árabe se encuentra por toda la falda del monte y de los restos de un muro que partiendo de la torre rodeaba todo el cerro, se llega a la conclusión de que estamos en un importante poblamiento islámico que utilizarían los conquistadores cristianos, aunque la torre no presenta arquitectura islámica.
La torre se situaba en un angulo de la cerca, descártandose, de que fuera un torreón aislado o atalaya. y en la cima se ven restos de muros con fabrica se ven restos de muros similares a los de Peñahora.
Es decir, en la cumbre hubo un castillo o hish árabe de 20 metros de longitud por 10 de latitud, equivalente a 200 metros aproximados, rodeado de cerca abajo formando a manera de albacar donde quedaría instalada la población.