Por los inventarios recogidos en los Libros de Apeo y Población es posible saber que a lo largo del siglo XVI en Benizalón se contaron 49 casas de moriscos; 37 se podían habitar, aunque algunas estaban sin puertas y 12 arruinadas. Eran del señor del Estado de Tahal, que tenía “el derecho y acción sobre todas las haciendas de los moriscos del dicho lugar y le pagaba cada uno un tanto conforme a la hacienda que tenía…”; también poseía la torre y tres tiendas: una carnicería, una especiería y una aceitería. Además, había en el lugar una fuente, un horno de cocer pan y una almazara.
La iglesia tenía una casa, el horno de pan y cien morales. Hoy día es posible contemplar los restos de la fortificación, de planta cuadrada de aproximadamente 25 x 25 m, formada por hiladas de piedra de pizarra trabada con escaso mortero.
Ha sido interpretado por algunos autores como un granero fortificado, espacios comunes en las comunidades campesinas del norte de África, destinados exclusivamente al almacenamiento de las cosechas y a guardar los bienes de los clanes familiares. Sólo en tiempo de guerra podían ser refugio temporal de la población.
(Mancomunidad de Municipios)