El Castillo de Altamira data de la Edad Media y fué destruido en el siglo XV durante la revuelta de los Irmandiños. En 1471 el Señor de Altamira improvisó un torre y garitas de vigilancia. Posteriormente, el conjunto se convirtió en un pazo con seis torres. Han sufrido un grave deterioro a partir de finales del siglo XIX cuando los Altamiras vendieron la propiedad. Hoy está en ruinas. Sólo quedan los restos de una torre y de la estructura rectangular del edificio, con un arco conopial en una ventana sobre una puerta apuntada.
Está situado en los alto de un castro con vistas sobre los valles de Barcala y Mahía.
Se llega en autobús hasta las proximidades y después andando.
Esta catalogado como Bien de interés cultural desde el 17 de octubre de 1994.
Está situado en los alto de un castro con vistas sobre los valles de Barcala y Mahía.
Se llega en autobús hasta las proximidades y después andando.
Esta catalogado como Bien de interés cultural desde el 17 de octubre de 1994.