La antigua carretera comarcal de Ondara a Denia nos conduce, a través de un corte en el horizonte de naranjos, a las protegidas tierras llanas de la imponente y majestuosa mole de la Sierra del Montgó. A sus faldas se extiende la actual ciudad de Denia, a los pies de su castillo-fortaleza construido sobre una elevación de unos 50 m que limitaba en su día con el mar a modo de gran tossal o atalaya.
El castillo está formado por dos grandes recintos concéntricos: el albacar y la alcazaba. Completa la fortificación un tercer recinto, algo excéntrico, que se conoce cono el baluarte de la mar, por haberse construido para defender a la plaza de los enemigos provenientes de otras costas.
El albacar es un gran reciento formado por un amurallamiento en cuyo recorrido se emplazan hasta un total de más de una docena de torres o cubos de distintas plantas, técnicas y defensas, clara muestra de la antigüedad y uso de esta gran fortaleza. El interior de este gran recinto albergó desde finales del siglo XIII hasta su destrucción en el año 1708, a la medieval población de Denia, por lo que se le denominaba la "Vila Vella", de la que quedan visibles restos a lo largo de su agradable visita y recorrido.
La alcazaba o recinto superior está delimitada y separada del resto de la fortificación por una muralla de diversas facturas y técnicas, como sucede en el albacar, predominando la construcción de cubos semicirculares en mampostería. En su interior se alberga el Museo Arqueológico Municipal, ubicado en las dependencias de lo que era el antiguo Palacio del Gobernador de los siglos XVII y XVIII, y adosado a los restos de lo que fue el antiguo palacio residencia del Marqués de Denia, de cuyas trazas, se deduce que debió ser un gran edificio renacentista al que se accedía por medio de unas impresionantes escaleras de mármol, conservadas en parte. De la fachada del palacio quedan cuatro cubos semicirculares de marcada planta.
A levante de los recintos anteriores se dispone el baluarte de la mar, de grandes dimensiones y planta trapezoidal, cuyo frente mayo es el marítimo. Fue construido sobre el diseño de un recinto más antiguo, al que se le reforzó y provisionó de marcadas cañoneras con sus correspondientes plataformas, características de los siglos XVI al XVIII. Sus vértices estan defendidos por sendos cubos circulares de los cuales el del flanco de mediodía es el conocido por "Torre del Galliver", visitable en la actualidad, toda ella realizada en mampostería y construida sobre parte del antiguo foro romano de Denia.
Los restos de lo que fue la alcazaba islámica, residencia de la corte del gran fata amirí Muyahid, se encuentran precisamente en sus puertas. La primera de ellas es la puerta de la "Vila", por donde se ingresa al castillo -una discutible restauración recuperó su gran entrada de arco de herradura en sillería-; la segunda puerta es la que daba acceso a la alcazaba, muy reformada por la construcción de un "revellín" en el siglo XVIII conocido como el Baluarte, y cuyo diseño original ha quedado en su interior como segunda jamba; por último, la más antigua y que ha mantenido su traza islámica es la existente en la "Torre del Mig", que controlaba el acceso desde la alcazaba al raval del mar. Esta puerta o torre, de sillería de pequeño formato, con ingreso en ángulo o codo, posee un arco de ligera herradura y se recuadra con un alfiz biselado, definiendo un conjunto monumental hispanomusulmán de la primera mitad del siglo XII, parangonable a puertas similares de la alcazaba de Jaén o de la fortificación de Niebla.
A este gran recinto fortificado, al acoger la ciudad medieval de Denia durante el siglo XV y principios del siglo XVI, se le dotó de torres claramente góticas realizadas en sillería concertada, con base alamborada y cornisa de toro, remarcando su remate de cañoneras preabaluartadas. Al conjunto se le dotaba de aberturas prismáticas abocinadas al exterior, como las de las torres "Rotja" y del "Nord", y de ventanas geminadas con arcos góticos, en el caso de la "Torre del Consell" o del Consejo, al estilo de la arquitectura civil Valenciana de la época, como serían el Palacio de Cocentaina, el del Papa Luna en Peñíscola, el primer recinto del castillo de Santa Bárbara de Alicante, etc.
La guerra de Sucesión tuvo unas consecuencias muy graves sobre la población y el castillo, de tal forma que la "Vila Vella" fue arrasada y destruida por las tropas de Felipe V, el palacio del Marqués de Denia derribado y desmantelado, cortadas las alturas y desaparecido todo recuerdo de su anterior vida urbana y palatina. A partir de entonces, el castillo sólo será una plaza fuerte de uso exclusivamente militar y, por tal, se le dotó de defensas y baluartes artilleados: así, se construyen el baluarte del Diamante como contrabraga del revellín que defendía la puerta que daba acceso al primer recinto y que se conoce como el "Baluart", al que se le dota de muro fusilero. A estas reformas, hay que sumar la adaptación del Baluarte de la mar.
La plaza quedó sin uso militar por orden del Gobierno dada en el año 1860, pasando, como otras fortalezas costeras, a caer en desuso y algunas de ellas pasaron a propiedad municipal o particular, como fue este caso de Denia que fue comprado por el Ayuntamiento en el año 1952, restaurándolo y convirtiéndolo en unos de los mejores ejemplos de espacios históricos de uso cultural.
(según Rafael Azaur y Francisco J. Navarro en CASTILLOS DE ALICANTE)
El castillo está formado por dos grandes recintos concéntricos: el albacar y la alcazaba. Completa la fortificación un tercer recinto, algo excéntrico, que se conoce cono el baluarte de la mar, por haberse construido para defender a la plaza de los enemigos provenientes de otras costas.
El albacar es un gran reciento formado por un amurallamiento en cuyo recorrido se emplazan hasta un total de más de una docena de torres o cubos de distintas plantas, técnicas y defensas, clara muestra de la antigüedad y uso de esta gran fortaleza. El interior de este gran recinto albergó desde finales del siglo XIII hasta su destrucción en el año 1708, a la medieval población de Denia, por lo que se le denominaba la "Vila Vella", de la que quedan visibles restos a lo largo de su agradable visita y recorrido.
La alcazaba o recinto superior está delimitada y separada del resto de la fortificación por una muralla de diversas facturas y técnicas, como sucede en el albacar, predominando la construcción de cubos semicirculares en mampostería. En su interior se alberga el Museo Arqueológico Municipal, ubicado en las dependencias de lo que era el antiguo Palacio del Gobernador de los siglos XVII y XVIII, y adosado a los restos de lo que fue el antiguo palacio residencia del Marqués de Denia, de cuyas trazas, se deduce que debió ser un gran edificio renacentista al que se accedía por medio de unas impresionantes escaleras de mármol, conservadas en parte. De la fachada del palacio quedan cuatro cubos semicirculares de marcada planta.
A levante de los recintos anteriores se dispone el baluarte de la mar, de grandes dimensiones y planta trapezoidal, cuyo frente mayo es el marítimo. Fue construido sobre el diseño de un recinto más antiguo, al que se le reforzó y provisionó de marcadas cañoneras con sus correspondientes plataformas, características de los siglos XVI al XVIII. Sus vértices estan defendidos por sendos cubos circulares de los cuales el del flanco de mediodía es el conocido por "Torre del Galliver", visitable en la actualidad, toda ella realizada en mampostería y construida sobre parte del antiguo foro romano de Denia.
Los restos de lo que fue la alcazaba islámica, residencia de la corte del gran fata amirí Muyahid, se encuentran precisamente en sus puertas. La primera de ellas es la puerta de la "Vila", por donde se ingresa al castillo -una discutible restauración recuperó su gran entrada de arco de herradura en sillería-; la segunda puerta es la que daba acceso a la alcazaba, muy reformada por la construcción de un "revellín" en el siglo XVIII conocido como el Baluarte, y cuyo diseño original ha quedado en su interior como segunda jamba; por último, la más antigua y que ha mantenido su traza islámica es la existente en la "Torre del Mig", que controlaba el acceso desde la alcazaba al raval del mar. Esta puerta o torre, de sillería de pequeño formato, con ingreso en ángulo o codo, posee un arco de ligera herradura y se recuadra con un alfiz biselado, definiendo un conjunto monumental hispanomusulmán de la primera mitad del siglo XII, parangonable a puertas similares de la alcazaba de Jaén o de la fortificación de Niebla.
A este gran recinto fortificado, al acoger la ciudad medieval de Denia durante el siglo XV y principios del siglo XVI, se le dotó de torres claramente góticas realizadas en sillería concertada, con base alamborada y cornisa de toro, remarcando su remate de cañoneras preabaluartadas. Al conjunto se le dotaba de aberturas prismáticas abocinadas al exterior, como las de las torres "Rotja" y del "Nord", y de ventanas geminadas con arcos góticos, en el caso de la "Torre del Consell" o del Consejo, al estilo de la arquitectura civil Valenciana de la época, como serían el Palacio de Cocentaina, el del Papa Luna en Peñíscola, el primer recinto del castillo de Santa Bárbara de Alicante, etc.
La guerra de Sucesión tuvo unas consecuencias muy graves sobre la población y el castillo, de tal forma que la "Vila Vella" fue arrasada y destruida por las tropas de Felipe V, el palacio del Marqués de Denia derribado y desmantelado, cortadas las alturas y desaparecido todo recuerdo de su anterior vida urbana y palatina. A partir de entonces, el castillo sólo será una plaza fuerte de uso exclusivamente militar y, por tal, se le dotó de defensas y baluartes artilleados: así, se construyen el baluarte del Diamante como contrabraga del revellín que defendía la puerta que daba acceso al primer recinto y que se conoce como el "Baluart", al que se le dota de muro fusilero. A estas reformas, hay que sumar la adaptación del Baluarte de la mar.
La plaza quedó sin uso militar por orden del Gobierno dada en el año 1860, pasando, como otras fortalezas costeras, a caer en desuso y algunas de ellas pasaron a propiedad municipal o particular, como fue este caso de Denia que fue comprado por el Ayuntamiento en el año 1952, restaurándolo y convirtiéndolo en unos de los mejores ejemplos de espacios históricos de uso cultural.
(según Rafael Azaur y Francisco J. Navarro en CASTILLOS DE ALICANTE)