Vista desde la campiña le da la personalidad a la silueta del pueblo, así lo ven los ciudadanos de Guadalcázar, que se enorgullecen de esta torre de estilo herreriano. Formó parte del esplendor de la villa, así como del suntuoso palacio señorial. A la derecha de la parroquia y formando conjunto con ella se edificó el palacio de los Marqueses de Guadalcázar, cuya obra es contemporánea a la de aquella, pues se realizó una vez que Diego Fernández de Córdoba de Córdoba alcanzó de Felipe III el marquesado en el año 1609.
Este edificio ha tenido peor suerte que la iglesia, conservándose muy disminuido, aunque eso da lugar a la leyenda y el misterio del lugar.
Debió formar un bloque alargado con una torre en cada uno de sus extremos, quedando una de ellas solamente el basamento, mientras que otra aun se alza completa, pero sin cubierta, recibiendo por ello el simpático nombre de Torre Mocha.
Este edificio alberga también el museo de las Ciencias de Guadalcázar.
La actual Torre Mocha es el único testimonio que nos queda del palacio de los marqueses que el 8 de febrero de 1616 mandó construir Diego Fernández de Córdoba, primer marqués de Guadalcázar y virrey de Nueva España.
La fachada que miraba hacia oriente, con 234 pies geométricos de longitud y 151 de fondo, estaba adornada con 12 balcones, y otras tantas rejas que se repartían en sus dos plantas: alta y baja. En sus extremos de levantaban dos torres de 30 pies geométricos en cuadrado y con dos plantas más de altura que el resto de la obra.
En el interior había un patio enclaustrado con 40 columnas de mármol de Génova sobre las que están formadas otros tantos arcos por mitad en los dos cuerpos, alto y bajo, con sus viviendas correspondientes y espaciosas extendiéndose hacia el espacio que ocupaba la fábrica.
La parte que miraba al Norte, estaba adornada con 7 balcones y otras tantas rejas. En el costado que le unía a la iglesia había una tribuna alta, y por el lado de Poniente,es decir, a espaldas del edificio mirando al campo, tenía un jardín pequeño y otros patios de servidumbre.
Historia
La magnificencia del Palacio, que vino a sustituir al castillo que había servido de residencia señorial, fue proclamada en 1675 por Rodrigo Méndez Silva y en 1783 por Antonio Montpalau así como por Bernardo de Espinalt y García en 1789, quién daba cuenta de la belleza del monumento. Posteriormente, también el padre Ruano destacaría su suntuosidad y riqueza. Y fue a mediados del siglo XIX, cuando ya se encontraba en estado ruinoso. A comienzos del siglo XX, sus columnas fueron trasladadas al Palacio de los marqueses en la calle Ancha de San Bernardo, actual Ministerio de Justicia.
Materiales
Junto a la parroquia pervive la Torre Mocha, construida en ladrillo, único vestigio del antiguo palacio de los marqueses de Guadalcázar, erigido en el siglo XVII, que "parece evocar las construcciones madrileñas de los Austrias".
Situación
El castillo de Guadalcázar se encuentra en la localidad del mismo nombre, en la provincia de Córdoba.
(Cordobapedia)
Este edificio ha tenido peor suerte que la iglesia, conservándose muy disminuido, aunque eso da lugar a la leyenda y el misterio del lugar.
Debió formar un bloque alargado con una torre en cada uno de sus extremos, quedando una de ellas solamente el basamento, mientras que otra aun se alza completa, pero sin cubierta, recibiendo por ello el simpático nombre de Torre Mocha.
Este edificio alberga también el museo de las Ciencias de Guadalcázar.
La actual Torre Mocha es el único testimonio que nos queda del palacio de los marqueses que el 8 de febrero de 1616 mandó construir Diego Fernández de Córdoba, primer marqués de Guadalcázar y virrey de Nueva España.
La fachada que miraba hacia oriente, con 234 pies geométricos de longitud y 151 de fondo, estaba adornada con 12 balcones, y otras tantas rejas que se repartían en sus dos plantas: alta y baja. En sus extremos de levantaban dos torres de 30 pies geométricos en cuadrado y con dos plantas más de altura que el resto de la obra.
En el interior había un patio enclaustrado con 40 columnas de mármol de Génova sobre las que están formadas otros tantos arcos por mitad en los dos cuerpos, alto y bajo, con sus viviendas correspondientes y espaciosas extendiéndose hacia el espacio que ocupaba la fábrica.
La parte que miraba al Norte, estaba adornada con 7 balcones y otras tantas rejas. En el costado que le unía a la iglesia había una tribuna alta, y por el lado de Poniente,es decir, a espaldas del edificio mirando al campo, tenía un jardín pequeño y otros patios de servidumbre.
Historia
La magnificencia del Palacio, que vino a sustituir al castillo que había servido de residencia señorial, fue proclamada en 1675 por Rodrigo Méndez Silva y en 1783 por Antonio Montpalau así como por Bernardo de Espinalt y García en 1789, quién daba cuenta de la belleza del monumento. Posteriormente, también el padre Ruano destacaría su suntuosidad y riqueza. Y fue a mediados del siglo XIX, cuando ya se encontraba en estado ruinoso. A comienzos del siglo XX, sus columnas fueron trasladadas al Palacio de los marqueses en la calle Ancha de San Bernardo, actual Ministerio de Justicia.
Materiales
Junto a la parroquia pervive la Torre Mocha, construida en ladrillo, único vestigio del antiguo palacio de los marqueses de Guadalcázar, erigido en el siglo XVII, que "parece evocar las construcciones madrileñas de los Austrias".
Situación
El castillo de Guadalcázar se encuentra en la localidad del mismo nombre, en la provincia de Córdoba.
(Cordobapedia)