Castillo de Villavellid
Apartada del núcleo urbano aledaño, la fortaleza de Villavellid muestra su talante sobrio y discreto refugiándose en una ligera depresión aterrazada y encajada entre blanquecinos cerros.
Reseña histórica
La primera cita documentada de la existencia de recinto fortificado en Villavellid consta en el testamento de Doña Elvira de Bazán, quien a comienzos del siglo XV instituía a su hijo Ramiro Núñez de Guzmán heredero de la "villa y casa fuerte de Villavellid". Un trueque hereditario hará que la villa y sus edificios sirvientes pasen a manos de doña Juana Bazán, que emparentó con el linaje de los Almanza. Se atribuye a Diego Almanza el inicio de las obras de construcción de la adusta fortaleza que hoy podemos contemplar.
Características arquitectónicas
Muestra una sencilla planta rectangular rematada por una compacta torre del homenaje cuadrada situada en el ángulo noroccidental, que ha visto decrecer notablemente su altura original. A través de una portada ornamentada con arco apuntado - semicircular en su cara interna - se accede al patio de armas. La elevación de la puerta del homenaje respecto del plano del patio nos invitará a pensar que existió un puente flotante - presumiblemente de madera - por el que se alcanzaba el interior de la torre, que mientras permaneció habitada, se dividió en diversas estancias distribuidas en altura.
Estado de conservación
El recinto central aparece abierto al exterior por el derrumbe de uno de sus muros - antaño muy sólidos, hogaño debilitados, según lamentan los expertos, por la extracción de arcillas del entorno -. La descomposición del muro arrastró en su desplome a uno de los tres cubos cilíndricos angulares que remataban el conjunto. Reclama, desde su discreto emplazamiento, una decidida actuación de consolidación.
(Los castillos y fortalezas de Castilla y León - Carlos M. Martín Jiménez)
Apartada del núcleo urbano aledaño, la fortaleza de Villavellid muestra su talante sobrio y discreto refugiándose en una ligera depresión aterrazada y encajada entre blanquecinos cerros.
Reseña histórica
La primera cita documentada de la existencia de recinto fortificado en Villavellid consta en el testamento de Doña Elvira de Bazán, quien a comienzos del siglo XV instituía a su hijo Ramiro Núñez de Guzmán heredero de la "villa y casa fuerte de Villavellid". Un trueque hereditario hará que la villa y sus edificios sirvientes pasen a manos de doña Juana Bazán, que emparentó con el linaje de los Almanza. Se atribuye a Diego Almanza el inicio de las obras de construcción de la adusta fortaleza que hoy podemos contemplar.
Características arquitectónicas
Muestra una sencilla planta rectangular rematada por una compacta torre del homenaje cuadrada situada en el ángulo noroccidental, que ha visto decrecer notablemente su altura original. A través de una portada ornamentada con arco apuntado - semicircular en su cara interna - se accede al patio de armas. La elevación de la puerta del homenaje respecto del plano del patio nos invitará a pensar que existió un puente flotante - presumiblemente de madera - por el que se alcanzaba el interior de la torre, que mientras permaneció habitada, se dividió en diversas estancias distribuidas en altura.
Estado de conservación
El recinto central aparece abierto al exterior por el derrumbe de uno de sus muros - antaño muy sólidos, hogaño debilitados, según lamentan los expertos, por la extracción de arcillas del entorno -. La descomposición del muro arrastró en su desplome a uno de los tres cubos cilíndricos angulares que remataban el conjunto. Reclama, desde su discreto emplazamiento, una decidida actuación de consolidación.
(Los castillos y fortalezas de Castilla y León - Carlos M. Martín Jiménez)