Alcañices, fue villa fortificada por los Templarios que se asentaron por estas tierras allá por el siglo XII, entre los años 1126-1312.
La Villa constituyó la primera y principal encomienda (es el tercer y último eslabón dentro de la organización. Tienen carácter militar y se asentaban en castillos o fortalezas, aunque desarrollaban actividades productivas y económicas) Temple en España.
El primer documento donde se cita Alcañices Templario es una concordia entre el rey de León, Alfonso IX y Gómez Ramírez (hace suponer que era el maestre de León, Castilla y Portugal) maestre del Temple el 29 de abril de 1211.
Dentro de su reinado los Templarios tuvieron su máximo apogeo en 1210 es en esta fecha cuando datan sus mayores esfuerzos defensivos.
En la Villa los monjes-guerreros se asentaron en un castillo, con su correspondiente recinto amurallado (ubicado donde hoy se conoce como Dentro la Villa). De él han llegado hasta nuestros días sólo restos de la pared de la muralla y cuatro cubos que reciben los siguientes nombres: del “Trincherón” (situado en la callejuela del mismo nombre), la “Fuente” (ubicado hacia la mitad de la calle de la misma nomenclatura) “Tiacañona” (siguiendo la muralla es el siguiente al anterior) y el más representativo de todos ellos “El Reloj” que se ha convertido en el emblema del pueblo. Recibe este nombre porque se le dio altura y en él se ubicó el reloj del pueblo. El mecanismo del mismo data de mediados del siglo XIX.
La importancia de la fortaleza de Alcañices aparece en el hecho de ser una de las cuatro, junto con Faro, Ponferrada y San Pedro de Latorce, que el maestre del temple ofrece en 1308 al infante don Felipe a cambio de su protección.
En septiembre de 1308 el maestre de Castilla y Portugal, Frey Rodrigo Yáñez, se compromete finalmente a hacer entrega de las fortalezas templarias al rey Fernando IV. No hay noticias de cómo y cuándo se entre la fortaleza al monarca, pero no fue algo inmediato ni de entrega total ya que en la primavera de 1310 seguían en manos de los freires los castillos de Alba de Aliste y Alcañices
El 12 de septiembre, de 1297, se firma en el Castillo de los Templarios de esta villa “El tratado de Alcañices”; De una parte interviene el rey don Fernando IV, rey de Castilla y su madre doña María de Molina (por ser el rey menor de edad) y por otra el rey don Dinís de Portugal. La concordia estableció la paz entre ambos reinos, se hizo una promesa matrimonial entre Fernando IV y doña Constanza (hija de don Dinís), se firmó un acuerdo eclesiástico y lo más importante fue que se delimitaron las fronteras entre ambos reinos y es una de las más sólidas de toda Europa. A pesar de esto, el desconocimiento por parte española es elevado; esto seguramente sea debido a que España tuvo que ceder territorios a nuestro país vecino.
En la actualidad, el castillo, se encuentra bajo protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español. El estado de conservación es de ruina consolidada.
La Villa constituyó la primera y principal encomienda (es el tercer y último eslabón dentro de la organización. Tienen carácter militar y se asentaban en castillos o fortalezas, aunque desarrollaban actividades productivas y económicas) Temple en España.
El primer documento donde se cita Alcañices Templario es una concordia entre el rey de León, Alfonso IX y Gómez Ramírez (hace suponer que era el maestre de León, Castilla y Portugal) maestre del Temple el 29 de abril de 1211.
Dentro de su reinado los Templarios tuvieron su máximo apogeo en 1210 es en esta fecha cuando datan sus mayores esfuerzos defensivos.
En la Villa los monjes-guerreros se asentaron en un castillo, con su correspondiente recinto amurallado (ubicado donde hoy se conoce como Dentro la Villa). De él han llegado hasta nuestros días sólo restos de la pared de la muralla y cuatro cubos que reciben los siguientes nombres: del “Trincherón” (situado en la callejuela del mismo nombre), la “Fuente” (ubicado hacia la mitad de la calle de la misma nomenclatura) “Tiacañona” (siguiendo la muralla es el siguiente al anterior) y el más representativo de todos ellos “El Reloj” que se ha convertido en el emblema del pueblo. Recibe este nombre porque se le dio altura y en él se ubicó el reloj del pueblo. El mecanismo del mismo data de mediados del siglo XIX.
La importancia de la fortaleza de Alcañices aparece en el hecho de ser una de las cuatro, junto con Faro, Ponferrada y San Pedro de Latorce, que el maestre del temple ofrece en 1308 al infante don Felipe a cambio de su protección.
En septiembre de 1308 el maestre de Castilla y Portugal, Frey Rodrigo Yáñez, se compromete finalmente a hacer entrega de las fortalezas templarias al rey Fernando IV. No hay noticias de cómo y cuándo se entre la fortaleza al monarca, pero no fue algo inmediato ni de entrega total ya que en la primavera de 1310 seguían en manos de los freires los castillos de Alba de Aliste y Alcañices
El 12 de septiembre, de 1297, se firma en el Castillo de los Templarios de esta villa “El tratado de Alcañices”; De una parte interviene el rey don Fernando IV, rey de Castilla y su madre doña María de Molina (por ser el rey menor de edad) y por otra el rey don Dinís de Portugal. La concordia estableció la paz entre ambos reinos, se hizo una promesa matrimonial entre Fernando IV y doña Constanza (hija de don Dinís), se firmó un acuerdo eclesiástico y lo más importante fue que se delimitaron las fronteras entre ambos reinos y es una de las más sólidas de toda Europa. A pesar de esto, el desconocimiento por parte española es elevado; esto seguramente sea debido a que España tuvo que ceder territorios a nuestro país vecino.
En la actualidad, el castillo, se encuentra bajo protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español. El estado de conservación es de ruina consolidada.