El yacimiento de Cancho Roano no es realmente una antigua ciudad, sino un santuario (o quizá palacio-santuario), como se deduce de la presencia en un lugar muy destacado de un altar. Se trata en cualquier caso de un yacimiento prerromano, en el que se levantó entre los siglos VI a. C. y IV d. C. el edificio cuyos restos aún pueden contemplarse hoy en día y a colación del cual se ha erigido un interesante centro de interpretación.
Pero si incluimos a Cancho Roano es por su propia significación y más por un detalle significativo: su origen parece estar en una edificación -de la que se han encontrado algunos restos- del periodo tartesio, uno de los pocos vestigios de este periodo del que se tiene constancia comprobada.
Y eso nos da la ocasión de hablar de la que es sin duda la gran «ciudad perdida» (y aún no encontrada) de España: la capital de Tartessos, el casi legendario reino del sur de la península del cual se habla en la Biblia y en la Historia de Heródoto. Esta ciudad, de la que no conocemos a ciencia cierta ni su nombre, es quizá el gran misterio de la arqueología española y su descubrimiento (algunos dicen que estuvo en donde hoy se halla Cádiz, otros que pudiera estar en Doñana) sería sin duda una noticia excepcional para cualquier aficionado a la Historia.
Pero si incluimos a Cancho Roano es por su propia significación y más por un detalle significativo: su origen parece estar en una edificación -de la que se han encontrado algunos restos- del periodo tartesio, uno de los pocos vestigios de este periodo del que se tiene constancia comprobada.
Y eso nos da la ocasión de hablar de la que es sin duda la gran «ciudad perdida» (y aún no encontrada) de España: la capital de Tartessos, el casi legendario reino del sur de la península del cual se habla en la Biblia y en la Historia de Heródoto. Esta ciudad, de la que no conocemos a ciencia cierta ni su nombre, es quizá el gran misterio de la arqueología española y su descubrimiento (algunos dicen que estuvo en donde hoy se halla Cádiz, otros que pudiera estar en Doñana) sería sin duda una noticia excepcional para cualquier aficionado a la Historia.