De no ser por la espectacular irrupción en escena de su imponente torreón fortificado, Valdeprados dibujaría la silueta típica de las pequeñas aldeas castellanas, integradas por viviendas de una - dos, a lo sumo- alturas con perfil netamente horizontal únicamente quebrado por el torreón de la iglesia parroquial. El edificio nobiliario pone en este concierto urbano una nota grandilocuente de insospechada hidalguía.
Reseña histórica
Son escasos los datos de que disponemos para fijar los orígenes de ese compacto torreón fortificado. Se aventura que su fecha de construcción corresponde al siglo XV, centuria en cuyos últimos años la titularidad de la fortaleza corresponde a la familia Arias Dávila, uno de cuyos componentes - don Juan Arias Dávila, intitulado conde de Puñonrostro - aparece como propietario en el siglo XVI. Características arquitectónicas
Tiene planta rectangular y sus muros se forman con mampostería reforzada con sillares en los remates angulares. El resalte ornamental más notable del edificio es el conjunto de ventanales por los que el torreón se abre al exterior. Cada lado mayor del rectángulo presenta balcones pareados - y únicos en las fachadas menores - protegidos por sólido antepecho en el que se habilita triple tronera. El diseño de matacán sobre cuádruple ménsula forma un conjunto que confiere notable personalidad al torreón.Estado de conservación
Se conserva entera, en buen estado de consolidación. Es de propiedad privada y se destina a vivienda.