Los arqueólogos han dejado al descubierto nuevos tramos y dos torres de las Murallas Merinidas de Ceuta, que datan del siglo XIV y son las únicas murallas construidas en España a base de mortero de barro y cal, de las que se conservan unos quinientos metros de lienzos de tapial.
El hallazgo, fruto de unas prospecciones arqueológicas que se llevan a cabo para el adecentamiento de este elemento arquitectónico, permitirá aportar información esencial para reconstruir el trazado primitivo, según ha explicado a Efe el arqueólogo municipal Fernando Villada.
Los trabajos han permitido localizar cinco metros de muro y una torre en el flanco norte y otros 25 metros de lienzos y otra torre en el frente oeste.
Las murallas fueron mandadas construir por el sultán merinida Abu Said en 1328, dentro de un recinto amurallado llamado "Alfrag" para que sirviera de refugio a los forasteros, comerciantes y tropas que se vieran obligados a pasar la noche fuera del casco urbano de la ciudad medieval.
Las murallas originales abarcaban un perímetro de 1.500 metros que circundaban un recinto de más de treinta hectáreas.
En el flanco norte, las prospecciones arqueológicas han permitido localizar una torre y un lienzo de muro de unos cinco metros de longitud, que son los primeros vestigios de la fortificación identificados en este sector del recinto.
En el frente oeste, los arqueólogos han descubierto tres nuevos tramos de lienzos, con una longitud total de más de 25 metros, además de otra torre.
Desde la Sección de Patrimonio de la Consejería de Educación, Cultura y Mujer explican que estos trabajos permiten identificar su tipología y fases constructivas así como una información esencial para la reconstrucción del trazado primitivo de estas murallas, las del Afrag mariní, declaradas bien de interés cultural en 1995.
El arqueólogo municipal ha detallado que la construcción de esa ciudad, también conocida como Al Mansuria, se enmarca en el complejo sistema de alianzas estratégicas que caracteriza las primeras décadas del siglo XIV.
La alianza entre aragoneses y mariníes, sellada en el Tratado de Paz de 1309, animó a los ceutíes a expulsar a las tropas nasríes que entonces controlaban Ceuta y someterse, de nuevo, a los mariníes.
Esto posibilitó el retorno de la familia azafí a Ceuta, donde sus miembros ejercerán el gobierno como delegados del sultán mariní, situación que no dejó de plantear dificultades por su mutua desconfianza: los azafíes veían con preocupación el fortalecimiento del poder mariní, que limitaba su capacidad de decisión; y el sultán recelaba de las veleidades de los azafíes, siempre propensos a limitar su relación con el monarca a un mero sometimiento protocolario.
Esta situación, unida a las disensiones internas entre los azafíes y al progresivo afianzamiento del poder del sultán mariní, desembocó en la conquista de Ceuta por Abu Said en 1328-1329.
Los mariníes vuelven así a dominar la orilla sur del Estrecho de Gibraltar, que abre la puerta a las incursiones en Al Andalus, para las que la posesión de Ceuta es decisiva.
De las edificaciones interiores y exteriores, como el palacio, la mezquita y el baño que describen los cronistas no se conserva nada hoy ya que lo que perdura es la cerca exterior que defendía el recinto.
Estas murallas, construidas en tapial, son uno de los principales vestigios de época medieval conservados en Ceuta, si bien han sufrido grandes pérdidas desde el siglo XV, acentuadas, especialmente, en la segunda mitad del siglo XX, según ha detallado el arqueólogo Fernando Villada.
Hasta el momento, se conocían aproximadamente 500 metros lineales de muro y un total de 14 torres.
Diario ABC del 02/02/2012
El hallazgo, fruto de unas prospecciones arqueológicas que se llevan a cabo para el adecentamiento de este elemento arquitectónico, permitirá aportar información esencial para reconstruir el trazado primitivo, según ha explicado a Efe el arqueólogo municipal Fernando Villada.
Los trabajos han permitido localizar cinco metros de muro y una torre en el flanco norte y otros 25 metros de lienzos y otra torre en el frente oeste.
Las murallas fueron mandadas construir por el sultán merinida Abu Said en 1328, dentro de un recinto amurallado llamado "Alfrag" para que sirviera de refugio a los forasteros, comerciantes y tropas que se vieran obligados a pasar la noche fuera del casco urbano de la ciudad medieval.
Las murallas originales abarcaban un perímetro de 1.500 metros que circundaban un recinto de más de treinta hectáreas.
En el flanco norte, las prospecciones arqueológicas han permitido localizar una torre y un lienzo de muro de unos cinco metros de longitud, que son los primeros vestigios de la fortificación identificados en este sector del recinto.
En el frente oeste, los arqueólogos han descubierto tres nuevos tramos de lienzos, con una longitud total de más de 25 metros, además de otra torre.
Desde la Sección de Patrimonio de la Consejería de Educación, Cultura y Mujer explican que estos trabajos permiten identificar su tipología y fases constructivas así como una información esencial para la reconstrucción del trazado primitivo de estas murallas, las del Afrag mariní, declaradas bien de interés cultural en 1995.
El arqueólogo municipal ha detallado que la construcción de esa ciudad, también conocida como Al Mansuria, se enmarca en el complejo sistema de alianzas estratégicas que caracteriza las primeras décadas del siglo XIV.
La alianza entre aragoneses y mariníes, sellada en el Tratado de Paz de 1309, animó a los ceutíes a expulsar a las tropas nasríes que entonces controlaban Ceuta y someterse, de nuevo, a los mariníes.
Esto posibilitó el retorno de la familia azafí a Ceuta, donde sus miembros ejercerán el gobierno como delegados del sultán mariní, situación que no dejó de plantear dificultades por su mutua desconfianza: los azafíes veían con preocupación el fortalecimiento del poder mariní, que limitaba su capacidad de decisión; y el sultán recelaba de las veleidades de los azafíes, siempre propensos a limitar su relación con el monarca a un mero sometimiento protocolario.
Esta situación, unida a las disensiones internas entre los azafíes y al progresivo afianzamiento del poder del sultán mariní, desembocó en la conquista de Ceuta por Abu Said en 1328-1329.
Los mariníes vuelven así a dominar la orilla sur del Estrecho de Gibraltar, que abre la puerta a las incursiones en Al Andalus, para las que la posesión de Ceuta es decisiva.
De las edificaciones interiores y exteriores, como el palacio, la mezquita y el baño que describen los cronistas no se conserva nada hoy ya que lo que perdura es la cerca exterior que defendía el recinto.
Estas murallas, construidas en tapial, son uno de los principales vestigios de época medieval conservados en Ceuta, si bien han sufrido grandes pérdidas desde el siglo XV, acentuadas, especialmente, en la segunda mitad del siglo XX, según ha detallado el arqueólogo Fernando Villada.
Hasta el momento, se conocían aproximadamente 500 metros lineales de muro y un total de 14 torres.
Diario ABC del 02/02/2012