El casual hallazgo de un sillar en las Poldras de Brués (Boborás), perfectamente labrado con motivos de la época medieval, confirma definitivamente la hipótesis del historiador carballiñés José Luis Sobrado de que el castillo de Castro Caldelas de Orcellón (documentado desde el siglo XII) estaba ubicado en el entorno que en la actualidad se denomina A Teixeira, en la localidad de Brués.
Así lo ratificó Sobrado, quien aseguró que pese a la constancia documental de la existencia de la fortaleza, no se había podido demostrar hasta ahora cuál había sido su ubicación. El historiador anunció que informará sobre el descubrimiento a Patrimonio para que adopten las medidas de protección que estimen convenientes.
José Luis Sobrado, miembro del Centro de Estudios Chamoso Lamas, y Juan José Álvarez, ecologista del grupo Outeiro, vieron la roseta medieval, muy común en los castillos, en uno de los sillares de As Poldras de Brués, que se desplazaron de su lugar original a raíz de los temporales del pasado invierno. Ambos fueron a comprobar el martes el estado del puente, del que la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil retiró recientemente los troncos arrastrados por el río Viñao que estaban dañando la estructura. Así fue como la roseta quedó a la vista.
CAPILLA Y TERMAS
Sobrado afirma que el castillo se encontraba en el lugar en el que hay restos de una capilla de posterior construcción y también ocupando un espacio en el que previamente había un castro. El historiador considera que las piedras originales de la fortaleza se utilizaron para hacer la capilla y también As Poldras de Brués, en cuya estructura está el grabado. Asimismo, en este entorno también existen aguas termales, formando parte de un conjunto que el experto considera de gran valor, ya que contiene vestigios que abarcan desde la prehistoria, pasando por el Medievo, y hasta la actualidad.
'É unha gran peza perfectamente labrada, é unha maravilla', matizó Sobrado, que manifestaba su satisfacción por el hallazgo que aclara el lugar de origen de la antigua Terra de Orcellón, que se extendía a un lado del río Arenteiro, concretamente hacia el municipio de Boborás.
Así lo ratificó Sobrado, quien aseguró que pese a la constancia documental de la existencia de la fortaleza, no se había podido demostrar hasta ahora cuál había sido su ubicación. El historiador anunció que informará sobre el descubrimiento a Patrimonio para que adopten las medidas de protección que estimen convenientes.
José Luis Sobrado, miembro del Centro de Estudios Chamoso Lamas, y Juan José Álvarez, ecologista del grupo Outeiro, vieron la roseta medieval, muy común en los castillos, en uno de los sillares de As Poldras de Brués, que se desplazaron de su lugar original a raíz de los temporales del pasado invierno. Ambos fueron a comprobar el martes el estado del puente, del que la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil retiró recientemente los troncos arrastrados por el río Viñao que estaban dañando la estructura. Así fue como la roseta quedó a la vista.
CAPILLA Y TERMAS
Sobrado afirma que el castillo se encontraba en el lugar en el que hay restos de una capilla de posterior construcción y también ocupando un espacio en el que previamente había un castro. El historiador considera que las piedras originales de la fortaleza se utilizaron para hacer la capilla y también As Poldras de Brués, en cuya estructura está el grabado. Asimismo, en este entorno también existen aguas termales, formando parte de un conjunto que el experto considera de gran valor, ya que contiene vestigios que abarcan desde la prehistoria, pasando por el Medievo, y hasta la actualidad.
'É unha gran peza perfectamente labrada, é unha maravilla', matizó Sobrado, que manifestaba su satisfacción por el hallazgo que aclara el lugar de origen de la antigua Terra de Orcellón, que se extendía a un lado del río Arenteiro, concretamente hacia el municipio de Boborás.