A los pies de la solana de la sierra del Benicadell, en la margen izquierda del río Serpis y a menos de un kilómetro de la población de Lorcha, se yergue este castillo sobre un pronunciado peñasco, sólo accesible por su ladera de mediodía, ya que la septentrional es un cortado vertical.
Su planta es poligonal y fortificada sólo por las zonas más débiles. Presenta doble recinto fortificado, cuyo antemural o barrera es de paño corrido de poniente a oriente, con una abertura en ángulo con almenas en su eje central a mediodía; todo es de tapial sobre mampostería en su base. Traspasado el antemural, llegamos a una estrecha liza que circunda el recinto superior, compuesto por una muralla con la misma disposición que la anterior, con cinco cubos en saliente y el conjunto realizado con la misma fábrica y técnica que el antemural. El acceso al interior se realiza por una abertura en la parte central de la fortificación, pero en origen seguramente se ubicaría en el flanco de poniente, dispuesto en rampa con ingreso en ángulo defendido por la gran torre mayor de poniente.
Ya en el interior, se distinguen dos partes, el área oriental, compuesta por un espacio amurallado abierto, antiguo albacar, en cuyo extremo se emplaza el aljibe en su parte inferior junto al lienzo de levante, y la occidental, compuesta por el área palatina. El palacio era de planta ligeramente triangular con tres torres cuadradas de tres pisos, los cuales albergarían las estancias del castillo, hoy derruidas y dispuestas en un cuerpo constructivo de planta rectangular adosada al ángulo SE del edificio y de varias crujías, con aberturas, en su primer piso a la fachada de mediodía; se accedía a esta nave por su fachada de poniente, la cual daba al patio central del castillo en donde se halla un gran aljibe, cubierto con bóveda de medio cañón.
La gran torre occidental es de tres plantas, rematada en almenas con ventanas en la parte superior y acceso a la línea de adarve. En su base se conserva la cubierta en bóveda de medio cañón, de lo que sería el primitivo aljibe de la torre.
La mayor parte del castillo está realizado en tapial sobre mampostería, aunque también hay partes de mampostería de tapial y refuerzos de sillería encadenada en los ángulos de la zona palatina. Como defensas presenta almenas y restos de matacanes o de una corsera en el frente oriental del área palatina, aunque es destacable la ausencia de troneras u otras defensas relacionadas con la utilización de la pólvora.
Los restos más antiguos corresponden al "Hisn" islámico de Perpuxent (siglo XII), donado por el monarca Jaime I a D. Gil Garcés de Azagra en el año 1260 y cedido en 1288 al Temple por D. Arnaldo de Romaní. Con la desparición de la Orden pasó a formar parte de los territorios de la Orden de Montesa en el año 1319. Bajo su dominio el antiguo castillo islámico se transformó en el actual, dotándole del área palatina, propia de las necesidades feudales o señoriales.
Por los restos constructivos existentes hoy en día, es muy posible que el castillo se abandonase en el siglo XV. Hoy está necesitado de una seria intervención arqueológica y de restauración.
(según Rafael Azaur y Francisco J. Navarro en CASTILLOS DE ALICANTE)
Su planta es poligonal y fortificada sólo por las zonas más débiles. Presenta doble recinto fortificado, cuyo antemural o barrera es de paño corrido de poniente a oriente, con una abertura en ángulo con almenas en su eje central a mediodía; todo es de tapial sobre mampostería en su base. Traspasado el antemural, llegamos a una estrecha liza que circunda el recinto superior, compuesto por una muralla con la misma disposición que la anterior, con cinco cubos en saliente y el conjunto realizado con la misma fábrica y técnica que el antemural. El acceso al interior se realiza por una abertura en la parte central de la fortificación, pero en origen seguramente se ubicaría en el flanco de poniente, dispuesto en rampa con ingreso en ángulo defendido por la gran torre mayor de poniente.
Ya en el interior, se distinguen dos partes, el área oriental, compuesta por un espacio amurallado abierto, antiguo albacar, en cuyo extremo se emplaza el aljibe en su parte inferior junto al lienzo de levante, y la occidental, compuesta por el área palatina. El palacio era de planta ligeramente triangular con tres torres cuadradas de tres pisos, los cuales albergarían las estancias del castillo, hoy derruidas y dispuestas en un cuerpo constructivo de planta rectangular adosada al ángulo SE del edificio y de varias crujías, con aberturas, en su primer piso a la fachada de mediodía; se accedía a esta nave por su fachada de poniente, la cual daba al patio central del castillo en donde se halla un gran aljibe, cubierto con bóveda de medio cañón.
La gran torre occidental es de tres plantas, rematada en almenas con ventanas en la parte superior y acceso a la línea de adarve. En su base se conserva la cubierta en bóveda de medio cañón, de lo que sería el primitivo aljibe de la torre.
La mayor parte del castillo está realizado en tapial sobre mampostería, aunque también hay partes de mampostería de tapial y refuerzos de sillería encadenada en los ángulos de la zona palatina. Como defensas presenta almenas y restos de matacanes o de una corsera en el frente oriental del área palatina, aunque es destacable la ausencia de troneras u otras defensas relacionadas con la utilización de la pólvora.
Los restos más antiguos corresponden al "Hisn" islámico de Perpuxent (siglo XII), donado por el monarca Jaime I a D. Gil Garcés de Azagra en el año 1260 y cedido en 1288 al Temple por D. Arnaldo de Romaní. Con la desparición de la Orden pasó a formar parte de los territorios de la Orden de Montesa en el año 1319. Bajo su dominio el antiguo castillo islámico se transformó en el actual, dotándole del área palatina, propia de las necesidades feudales o señoriales.
Por los restos constructivos existentes hoy en día, es muy posible que el castillo se abandonase en el siglo XV. Hoy está necesitado de una seria intervención arqueológica y de restauración.
(según Rafael Azaur y Francisco J. Navarro en CASTILLOS DE ALICANTE)