Emplazado en las laderas de la sierra de La Aforadá, en una ligera meseta defendida por dos barrancos, cierra el valle de Gallinera por el occidente a la vez que controla el paso hacia Cocentaina.
Presenta una compleja planta defensiva en la que se pueden distinguir tres estructuras cerradas y comunicadas: la "celoquia", y dos albacares. A la "celoquia", en la parte más alta de la peña, se accede por medio de un ingreso en codo emplazado en el flanco de poniente y defendido por una torre de planta rectangular. La factura de los muros y torres suele ser tapial de distintos tamaños, encontrando con frecuencia obra de mampostería en "opus incertum" en las cimentaciones. El albacar se extiende hacia levante en una meseta de grandes dimensiones definida por muros de tapial de 0, 95 m de altura y 0, 45 m de espesor, con un ingreso defendido por un antemural en recodo. Esta superficie parece albergar restos de construcciones de posibles viviendas. El tercer recinto o intermedio alberga un aljibe y presenta las mismas características que el anterior.
Este castillo, posiblemente, no se destruyó con el terremoto de 1396 y por tanto, a pesar de las lógicas reformas bajo-medievales podemos considerarlo intacto. El sistema de construcción de muros con la disposición en "cremallera", las puertas en recodo, etc., nos sugieren un origen para la fortificación de principios del siglo XII. Segura es su existencia a inicios del siglo XIII, pues aparece mencionado en el "Pacto del Pouet"(1244-5), directamente relacionado con la figura de al-Azraq, señor de Alcalá y la tregua firmada con Jaime 1, rey de Aragón.
(según Rafael Azaur y Francisco J. Navarro en CASTILLOS DE ALICANTE)
Presenta una compleja planta defensiva en la que se pueden distinguir tres estructuras cerradas y comunicadas: la "celoquia", y dos albacares. A la "celoquia", en la parte más alta de la peña, se accede por medio de un ingreso en codo emplazado en el flanco de poniente y defendido por una torre de planta rectangular. La factura de los muros y torres suele ser tapial de distintos tamaños, encontrando con frecuencia obra de mampostería en "opus incertum" en las cimentaciones. El albacar se extiende hacia levante en una meseta de grandes dimensiones definida por muros de tapial de 0, 95 m de altura y 0, 45 m de espesor, con un ingreso defendido por un antemural en recodo. Esta superficie parece albergar restos de construcciones de posibles viviendas. El tercer recinto o intermedio alberga un aljibe y presenta las mismas características que el anterior.
Este castillo, posiblemente, no se destruyó con el terremoto de 1396 y por tanto, a pesar de las lógicas reformas bajo-medievales podemos considerarlo intacto. El sistema de construcción de muros con la disposición en "cremallera", las puertas en recodo, etc., nos sugieren un origen para la fortificación de principios del siglo XII. Segura es su existencia a inicios del siglo XIII, pues aparece mencionado en el "Pacto del Pouet"(1244-5), directamente relacionado con la figura de al-Azraq, señor de Alcalá y la tregua firmada con Jaime 1, rey de Aragón.
(según Rafael Azaur y Francisco J. Navarro en CASTILLOS DE ALICANTE)