Baltanás se sitúa en la ladera del Cerro del Castillo, lugar ocupado desde antiguo en cuya ladera septentrional se encontró una tumba celtibérica. En el pago de Renedo se han encontrado restos de una villa romana.
La primera referencia escrita conocida es la donación, en el año 1033 por el Rey Sancho el Mayor de Navarra y de Castilla, de la iglesia de San Miguel de Baltanás al monasterio de San Isidro de Dueñas. En este documento se afirma que el nombre de la localidad procede de “Val de Atanasio”.
En 1299 se reunieron en Baltanás las tropas del Infante D. Juan, de los Laras y de la Cerda enfrentados a Doña María de Molina, que sostenía la autoridad de su hijo el rey Fernando IV durante su minoría de edad.
Durante el último tercio del siglo XIV figura como señorío de la Orden de Santiago, aunque también tenía vasallos la Orden de San Juan de Jerusalén, Juan Rodríguez de Sandoval y otros llamados escuderos de Baltanás. En 1451 se produjeron disturbios, tanto en la localidad como en Palenzuela y Hornillos de Cerrato, al sublevarse el Almirante de Castilla, Fadrique Enríquez, contra el rey Juan II y su favorito Alvaro de Luna.
Años más tarde la villa se vio envuelta en la guerra que enfrentó a Alfonso V de Portugal, partidario de “La Beltraneja”, con los Reyes Católicos que encargan al Conde de Benavente fortificar la villa. El 17 de septiembre de 1475 se enfrenta a las tropas lusitanas que finalmente logran tomar la plaza y hacer prisionero al Conde.
Los Reyes Católicos, una vez asentados en el trono, otorgaron a Baltanás varios privilegios, entre los que destaca el nombramiento de capital de la Merindad de Cerrato, título que anteriormente ostentaba Palenzuela. Durante la Guerra de las Comunidades, la villa apoya decididamente el movimiento comunero.
Junto con la localidad de Guaza de Campos, fue separada de la Orden de Santiago por Carlos V tras obtener varias licencias pontificias, fue vendida a Pedro de Zúñiga, Señor de Aguilafuente y Castroverde en 1543 por un importe de 5 cuentos y 493.938 maravedises de vellón. Al año siguiente, el nuevo señor compro a los vecinos las bodegas y cuevas situadas junto al castillo por 62.205 maravedises.
A Pedro de Zúñiga, le sucede su hijo, de igual nombre, al que Felipe II concede el título de Marqués de Aguilafuente. Baltanás se mantiene en este marquesado hasta su incorporación al Ducado de Abrantes por matrimonio de Francisca de Zúñiga con Juan de Carvajal y Lancaster, IV Duque de Abrantes.
Durante muchos años le villa mantuvo un litigio contra su señor demandando varios derechos, entre ellos el señorío. Por fin en 1730 el Supremo Consejo de Castilla estima la pretensión, confirmada en 1781, con la que se ponía fin al señorío sobre Baltanás.
Su antigua fortaleza, hoy desaparecida, se alzaba en el Cerro del Castillo. Probablemente sería levantada tras la reconquista de estas tierras por parte de Alfonso III “El Magno” en el último tercio del siglo IX. Es posible que sus piedras hoy formen parte de la Iglesia parroquial construida a partir de finales del siglo XVI.
De la antigua muralla que circundaba la villa sólo queda el recuerdo a través del nombre de la calle Las Rondas. Se sabe que, al menos, tenía tres puertas denominadas de El Sol, La Fragua y Barriuso.
Dentro del término municipal de Baltanás se encuentra el lugar conocido como la Aldea, que fue incluido en la venta realizada a Pedro de Zúñiga. En 1845 ya se encontraba despoblado y según Pascual Madoz “No existen más vestigios de su población que algunos cimientos de lo que parece haber sido iglesia y de lo que sería y se llama actualmente castillo, que es un cotarro aislado de bastante elevación, en cuyo sitio hay bastantes salas subterráneas que han visto algunas personas de las que existen, pero ahora se encuentran llenos de tierra y escombros”.
También en su municipio se encuentraValdecañas de Cerrato, donde sí hay vestigios de una fortificación.
La iglesia parroquial, está dedicada a San Millán de la Cogulla, es de estilo renacentista. Se construye a partir de 1585 sobre un templo anterior del que se conservan importantes restos. Asimismo, destaca la ermita de Nuestra Señora de Revilla de los siglos XVII y XVIII. De este último siglo es también el palacio barroco del Hospital de Santo Tomás de Villanueva y la casa solariega de los hermanos Calvo.
(Castillos de Palencia)
La primera referencia escrita conocida es la donación, en el año 1033 por el Rey Sancho el Mayor de Navarra y de Castilla, de la iglesia de San Miguel de Baltanás al monasterio de San Isidro de Dueñas. En este documento se afirma que el nombre de la localidad procede de “Val de Atanasio”.
En 1299 se reunieron en Baltanás las tropas del Infante D. Juan, de los Laras y de la Cerda enfrentados a Doña María de Molina, que sostenía la autoridad de su hijo el rey Fernando IV durante su minoría de edad.
Durante el último tercio del siglo XIV figura como señorío de la Orden de Santiago, aunque también tenía vasallos la Orden de San Juan de Jerusalén, Juan Rodríguez de Sandoval y otros llamados escuderos de Baltanás. En 1451 se produjeron disturbios, tanto en la localidad como en Palenzuela y Hornillos de Cerrato, al sublevarse el Almirante de Castilla, Fadrique Enríquez, contra el rey Juan II y su favorito Alvaro de Luna.
Años más tarde la villa se vio envuelta en la guerra que enfrentó a Alfonso V de Portugal, partidario de “La Beltraneja”, con los Reyes Católicos que encargan al Conde de Benavente fortificar la villa. El 17 de septiembre de 1475 se enfrenta a las tropas lusitanas que finalmente logran tomar la plaza y hacer prisionero al Conde.
Los Reyes Católicos, una vez asentados en el trono, otorgaron a Baltanás varios privilegios, entre los que destaca el nombramiento de capital de la Merindad de Cerrato, título que anteriormente ostentaba Palenzuela. Durante la Guerra de las Comunidades, la villa apoya decididamente el movimiento comunero.
Junto con la localidad de Guaza de Campos, fue separada de la Orden de Santiago por Carlos V tras obtener varias licencias pontificias, fue vendida a Pedro de Zúñiga, Señor de Aguilafuente y Castroverde en 1543 por un importe de 5 cuentos y 493.938 maravedises de vellón. Al año siguiente, el nuevo señor compro a los vecinos las bodegas y cuevas situadas junto al castillo por 62.205 maravedises.
A Pedro de Zúñiga, le sucede su hijo, de igual nombre, al que Felipe II concede el título de Marqués de Aguilafuente. Baltanás se mantiene en este marquesado hasta su incorporación al Ducado de Abrantes por matrimonio de Francisca de Zúñiga con Juan de Carvajal y Lancaster, IV Duque de Abrantes.
Durante muchos años le villa mantuvo un litigio contra su señor demandando varios derechos, entre ellos el señorío. Por fin en 1730 el Supremo Consejo de Castilla estima la pretensión, confirmada en 1781, con la que se ponía fin al señorío sobre Baltanás.
Su antigua fortaleza, hoy desaparecida, se alzaba en el Cerro del Castillo. Probablemente sería levantada tras la reconquista de estas tierras por parte de Alfonso III “El Magno” en el último tercio del siglo IX. Es posible que sus piedras hoy formen parte de la Iglesia parroquial construida a partir de finales del siglo XVI.
De la antigua muralla que circundaba la villa sólo queda el recuerdo a través del nombre de la calle Las Rondas. Se sabe que, al menos, tenía tres puertas denominadas de El Sol, La Fragua y Barriuso.
Dentro del término municipal de Baltanás se encuentra el lugar conocido como la Aldea, que fue incluido en la venta realizada a Pedro de Zúñiga. En 1845 ya se encontraba despoblado y según Pascual Madoz “No existen más vestigios de su población que algunos cimientos de lo que parece haber sido iglesia y de lo que sería y se llama actualmente castillo, que es un cotarro aislado de bastante elevación, en cuyo sitio hay bastantes salas subterráneas que han visto algunas personas de las que existen, pero ahora se encuentran llenos de tierra y escombros”.
También en su municipio se encuentraValdecañas de Cerrato, donde sí hay vestigios de una fortificación.
La iglesia parroquial, está dedicada a San Millán de la Cogulla, es de estilo renacentista. Se construye a partir de 1585 sobre un templo anterior del que se conservan importantes restos. Asimismo, destaca la ermita de Nuestra Señora de Revilla de los siglos XVII y XVIII. De este último siglo es también el palacio barroco del Hospital de Santo Tomás de Villanueva y la casa solariega de los hermanos Calvo.
(Castillos de Palencia)