El conjunto de atalayas más numeroso de la Comunidad de Madrid es el que protege los pasos hacia el valle del Jarama desde los valles del Lozoya y Somosierra y el Guadalix. Esta era la principal
ruta de acceso desde el norte. Se conservan cuatro de las seis cuya existencia está constatada, desde la atalaya de Torrepedrera, la
más septentrional, a la del Molar. Defendían a la población más importante de todo el sector: la medina de Talamanca.
Tienen un diámetro en torno a los seis metros y debieron elevarse hasta los doce. Para mayor protección, no tienen otro hueco exterior que una pequeña puerta, situada en altura. El interior se divide en tres pisos, destinados a almacén de víveres y depósito de combustible (para los fuegos de alarma) y a vivienda de los vigilantes.
Están construidas con piedra obtenida en su propio entorno.
ruta de acceso desde el norte. Se conservan cuatro de las seis cuya existencia está constatada, desde la atalaya de Torrepedrera, la
más septentrional, a la del Molar. Defendían a la población más importante de todo el sector: la medina de Talamanca.
Tienen un diámetro en torno a los seis metros y debieron elevarse hasta los doce. Para mayor protección, no tienen otro hueco exterior que una pequeña puerta, situada en altura. El interior se divide en tres pisos, destinados a almacén de víveres y depósito de combustible (para los fuegos de alarma) y a vivienda de los vigilantes.
Están construidas con piedra obtenida en su propio entorno.