Encontramos las ruinas del Ribagorzano núcleo de La Llecina en lo alto de un emboscado cerro sobre el barranco Seguero, a poco más de un kilómetro al este del caserío de La Roca.
La Llecina fue una de las pequeñas aldeas que formaron parte durante muchos años parte de Mont de Roda, entidad formada por varias casas y masos dispersos situados a sus alrededores.
Se trata de una antigua fortificación edificada posiblemente en el siglo XVI, lo que hoy encontramos son las ruinas de una torre levantada sobre un amplio recinto amurado. Ya en época posterior, se levantó la vivienda aprovechando la vieja torre defensiva.
De la casa solo queda la planta y varios montones de espedregales que atestiguan su existencia. La torre está declarada monumento BIC (Bien de Interés Cultural), es de planta cuadrangular y tenia cuatro plantas. A pesar de solo mantener integro uno de sus lienzos todavía observamos en su fachada varios vanos aspillera.
Junto a la torre se conservan las ruinas de una vieja ermita construida bajo la advocación de San Juan Bautista. La ermita tiene orígenes románicos, aunque sufrió importantes modificaciones posteriores. Quedan en pie la parte baja del ábside y algún bramo de sus muros sur y norte. Sus muros empalman con los del torreón, aunque evidentemente la ermita es de época bastante anterior. Por lo que parece cuando se construyó la torre aprovecharon la ermita (posiblemente ya estaba en ruina) para hacerla formar parte del mismo sistema defensivo. Llegaremos a La Llecina por medio de una pista que parte en dirección este desde el caserío de La Roca. Dicha pista finaliza en una zona de campos de cultivo y desde allí iniciaremos a pie la ascensión hasta el despoblado, unos 20 minutos.
(Cristián Laglera)
La Llecina fue una de las pequeñas aldeas que formaron parte durante muchos años parte de Mont de Roda, entidad formada por varias casas y masos dispersos situados a sus alrededores.
Se trata de una antigua fortificación edificada posiblemente en el siglo XVI, lo que hoy encontramos son las ruinas de una torre levantada sobre un amplio recinto amurado. Ya en época posterior, se levantó la vivienda aprovechando la vieja torre defensiva.
De la casa solo queda la planta y varios montones de espedregales que atestiguan su existencia. La torre está declarada monumento BIC (Bien de Interés Cultural), es de planta cuadrangular y tenia cuatro plantas. A pesar de solo mantener integro uno de sus lienzos todavía observamos en su fachada varios vanos aspillera.
Junto a la torre se conservan las ruinas de una vieja ermita construida bajo la advocación de San Juan Bautista. La ermita tiene orígenes románicos, aunque sufrió importantes modificaciones posteriores. Quedan en pie la parte baja del ábside y algún bramo de sus muros sur y norte. Sus muros empalman con los del torreón, aunque evidentemente la ermita es de época bastante anterior. Por lo que parece cuando se construyó la torre aprovecharon la ermita (posiblemente ya estaba en ruina) para hacerla formar parte del mismo sistema defensivo. Llegaremos a La Llecina por medio de una pista que parte en dirección este desde el caserío de La Roca. Dicha pista finaliza en una zona de campos de cultivo y desde allí iniciaremos a pie la ascensión hasta el despoblado, unos 20 minutos.
(Cristián Laglera)