Los restos de la fortaleza de Alquipir se encuentran en la localidad de Campillo y Suertes, dentro del término municipal de Cehegín, en el lugar conocido como Valle del Paraiso. El antiguo castillo se levantó sobre una arriscada cumbre de fuertes pendientes situada en la ribera del río Quípar. Desde el estratégico punto se controla visualmente la fortaleza de Cehegín, la torre Jorquera y el Castellar de Bullas, además de ejercer una eficaz vigilancia sobre el antiguo camino que comunicaba Lorca con Cehegín, que discurría por el Valle del Paraiso.
A los pies del cerro se llega a través de la carretera que, partiendo de Cehegín, arriba al cruce de Burete. Desde allí, la subida se realiza inevitablemente a pie, por un escarpado y a veces dificultoso camino que nos conducirá a la cumbre del cerro a través de un tupido bosque de pinos.
Esta fortificación -que fue localizada en el siglo pasado por el investigador murciano Javier Gómez Ortín- tiene al parecer su origen en época islámica, y es también conocida por el relevante tesorillo que se encontró en sus inmediaciones, compuesto por unas 200 monedas de plata datadas en el periodo musulmán. No obstante, hubo de estar activa durante la Baja Edad Media (o al menos parte de ella), ligada a la encomienda santiaguista de Caravaca y a su castillo de Cehegín.
En la actualidad, los restos constructivos se encuentran en muy mal estado de conservación, muy expoliados por furtivos y prácticamente cubiertos por una densa cubierta vegetal que produce un bosque de pinos -al parecer de repoblación-, los cuales han causado numerosos daños a las ya de por sí maltrechas estructuras de la fortificación. A pesar de ello, el castillo de Alquipir está declarado Bien de Interés Cultural por la Disposición Adicional Segunda de la Ley 16/1985, de 25 de junio del Patrimonio Histórico Español.
A los pies del cerro se llega a través de la carretera que, partiendo de Cehegín, arriba al cruce de Burete. Desde allí, la subida se realiza inevitablemente a pie, por un escarpado y a veces dificultoso camino que nos conducirá a la cumbre del cerro a través de un tupido bosque de pinos.
Esta fortificación -que fue localizada en el siglo pasado por el investigador murciano Javier Gómez Ortín- tiene al parecer su origen en época islámica, y es también conocida por el relevante tesorillo que se encontró en sus inmediaciones, compuesto por unas 200 monedas de plata datadas en el periodo musulmán. No obstante, hubo de estar activa durante la Baja Edad Media (o al menos parte de ella), ligada a la encomienda santiaguista de Caravaca y a su castillo de Cehegín.
En la actualidad, los restos constructivos se encuentran en muy mal estado de conservación, muy expoliados por furtivos y prácticamente cubiertos por una densa cubierta vegetal que produce un bosque de pinos -al parecer de repoblación-, los cuales han causado numerosos daños a las ya de por sí maltrechas estructuras de la fortificación. A pesar de ello, el castillo de Alquipir está declarado Bien de Interés Cultural por la Disposición Adicional Segunda de la Ley 16/1985, de 25 de junio del Patrimonio Histórico Español.