La torre de Cope se encuentra situada en el término municipal de Águilas, al norte del cabo del que recibió el nombre y a pocos metros de la orilla del mar.
Se puede acceder a esta fortificación a partir del núcleo urbano de Águilas, desde donde parte una carretera comarcal que conduce hacia Calabardina. Tras atravesar las urbanizaciones existentes en esta playa, la carretera continúa hacia el sector septentrional de cabo Cope, donde se encuentra la torre.
Se trata de una edificación levantada a lo largo del siglo XVI, que muestra el interés del concejo de Lorca por ejercer un control decisivo sobre sus espacios costeros, asolados frecuentemente por corsarios norteafricanos de origen musulmán, quienes capturaban a pescadores y pastores que frecuentaban el litoral por aquellas fechas.
Su ajetreada historia le dio por fin un aspecto singular. Pasó de una simple torre en origen a un pequeño fortín en la segunda mitad del siglo XVII.
La restauración realizada a finales del siglo XX respetó esta última fisonomía, constituyendo una de las primeras intervenciones en el patrimonio histórico militar situado en la costa que emprendió la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia.
Este singular elemento defensivo de la costa murciana se encuentra catalogado como Bien de Interés Cultural por la Disposición Adicional Segunda de la Ley 16/1985, de 25 de junio del Patrimonio Histórico Español.
(Región de Murcia Digital)
Se puede acceder a esta fortificación a partir del núcleo urbano de Águilas, desde donde parte una carretera comarcal que conduce hacia Calabardina. Tras atravesar las urbanizaciones existentes en esta playa, la carretera continúa hacia el sector septentrional de cabo Cope, donde se encuentra la torre.
Se trata de una edificación levantada a lo largo del siglo XVI, que muestra el interés del concejo de Lorca por ejercer un control decisivo sobre sus espacios costeros, asolados frecuentemente por corsarios norteafricanos de origen musulmán, quienes capturaban a pescadores y pastores que frecuentaban el litoral por aquellas fechas.
Su ajetreada historia le dio por fin un aspecto singular. Pasó de una simple torre en origen a un pequeño fortín en la segunda mitad del siglo XVII.
La restauración realizada a finales del siglo XX respetó esta última fisonomía, constituyendo una de las primeras intervenciones en el patrimonio histórico militar situado en la costa que emprendió la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia.
Este singular elemento defensivo de la costa murciana se encuentra catalogado como Bien de Interés Cultural por la Disposición Adicional Segunda de la Ley 16/1985, de 25 de junio del Patrimonio Histórico Español.
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