La fortificación Vaubán, que fue adosada a la alcazaba en la segunda mitad del siglo XVII, se construyó con piedras, ladrillos y hormigón de cal, con refuerzo de sillares en distintos puntos.
Por su esmerado acabado, está considerada un excelente ejemplo de ingeniería militar de la época. Prueba de su importancia son los ocho baluartes con los que contaba, todos ellos dispuestos hacia el sur, ya que la defensa por el norte estaba garantizada por los ríos Rivilla y Guadiana.
Por su esmerado acabado, está considerada un excelente ejemplo de ingeniería militar de la época. Prueba de su importancia son los ocho baluartes con los que contaba, todos ellos dispuestos hacia el sur, ya que la defensa por el norte estaba garantizada por los ríos Rivilla y Guadiana.