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Channel: Fosos y almenas
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Castillo de Bayrén - Gandía

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El Castillo de Bayrén es una antigua fortificación ubicada en el término municipal de Gandía.
Dista del núcleo urbano de la ciudad unos 3 km y otros tantos de la Playa de Gandía. Está en la parte superior de un montículo en donde, por el lado Oeste comienza la Sierra de Montdúver y en sus faldas, mirando al Este, la Marjal de Gandía, un humedal. Se puede visitar accediendo por las curvas de San Juan, viniendo de dirección Alicante, por el polígono Alcodar y desde dirección Valencia antes de la circunvalación gandiense por la N-332.

Características
El Castillo posee una extensión aproximada de 9 hectáreas. En la actualidad el Castillo está en ruinas aunque ha habido intentos de reconstruirlo. El muro que mira hacia el mar ha sido el único en ser reconstruido. Desde este lugar existe una amplia panorámica de la Playa y mar Mediterráneo.

Historia
Es probable que fuese una fortificación romana bien emplazada por su dominio visual del mar más que la defensa ciudades próximas ya que se estima que la ciudad de Gandía fue fundada alredeor de 1240 cerca de una alquería árabe situada en Beniopa. Cuando el Cid Campeador conquistó Valencia extendió sus territorios llegando incluso hasta esta zona de Gandía en 1097, pero al perder Valencia en favor de los musulmanes, también el Castillo de Bayrén cayó en poder de éstos.
Finalmente pasó definitivamente a manos cristianas gracias a Jaime I de Aragón, El Conquistador, en 1240 tras la rendición de Abecendrel
En el año 1097 se produjo en esta fortificación una batalla entre los almorávides en un bando contra El Cid y Pedro I de Aragón en el otro.

 

 

Castillo de Monreal del Campo

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Situación
El castillo de Monreal del Campo se encuentra en la localidad del mismo nombre, provincia de Teruel.


Historia
La población fue conquistada por Alfonso I entre 1120 y 1122, convirtiéndose en cuartel general desde donde se dirigieron la reconquista de los demás castillos de la comarca, hasta tierras de Molina.

Monreal tomó parte por Felipe V durante la Guerra de Sucesión, quien tras resultar vencedor, otorgó a esta ciudad el título de Fidelísima y Muy Noble Villa, así como el privilegio de usar en su escudo de armas la Flor de Lis Borbónica, la celebración de una Feria Franca y la exención de impuestos.
En 1840, durante las Guerras Carlistas, sufrió un violento ataque en el que incendiaron numerosas edificaciones, entre ellas, el castillo y la iglesia.

Descripción
Del castillo solo pueden verse los restos de su perímetro, ya que fue destruido durante las Guerras Carlistas, y sus restos reutilizados posteriormente para construir la actual torre Cimera, de planta cuadrada y 3 cuerpos de mampostería.

Estado de conservación
Se encuentra en estado de ruina, prácticamente desaparecido.

Protección
Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.

Castillo de Mazaref - Valderas

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Situación
El castillo de Mazaref se encuentra en la localidad de Valderas, provincia de León.


Historia
En documentos del siglo X se hace referencia a una fortificación en la actual Valderas, que
construyó un tal Mazaref o Mazarefe, que pertenecía a una familia mozárabe de alto linaje de las que repoblaron el valle del Duero.
En tiempos de Fernando II de León, rey desde 1157 a 1188, se construyó un fortín en la llamada cumbre de Altafría, al que pertenecieron los dos torreones ruinosos que se conservan en la actualidad y que son conocidos en la villa como "Los Castillos". Esta antigua fortificación serviría para proteger la línea del río Cea de los ataques de Alfonso VIII de Castilla.
En el siglo XIV el castillo perteneció a Juan Álvarez Osorio, señor de las Siete Villas de Campos, cuya familia lo tuvo como residencia hasta los siglos XVI o XVII.

Propiedad y uso
Es de propiedad privada.

Visitas
Es libre el exterior.

Protección
Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley

16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.

Castillo de Petilla de Aragón

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Municipio navarro, del partido judicial de Aoiz, merindad de Sangüesa, situado en dos enclaves en la provincia de Zaragoza, a unos 12 Kms. del límite con Navarra, al sur del valle de Onsella. La parcela principal del término, en la que se encuentra la capital, limita con Navardún al norte, Uncastillo al sur, al este con Isurre, y al oeste, con Sos del Rey Católico. Regada por los arroyos La Rinconera, afluente del Onsella, y el barranco del Vado, que tributa en el primero. Terreno montañoso, de labor y pasto, sus alturas oscilan entre los 687 y los 1.154 m. del Monte Selva, que le sirve de límite con el municipio de Uncastillo. La parcela menor del término, pertenencia llamada Baztán de Petilla o Los Bastanes, regada por el arroyo de este nombre, se sitúa al suroeste del núcleo principal, próximo a éste, y está enclavada entre los municipios de Sos y Uncastillo. Menos escarpada, es de monte bajo, dedicado a pastos. La capital, villa de Petilla,

Castillo: Petilla contaba con un castillo roquero que envolvía una pequeña peña situada sobre el pueblo. Los únicos restos que quedan son unos surcos labrados en la roca a 3 metros de altura. Se sabe por la documentación que contaba con una gran torre de tres pisos y una cubierta de madera sobre su almenado. La guarnición habitual era de 30 hombres.

Castillo de Galisteo

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El conocido como "Castillo de Galisteo" no es más que la torre del palacio o casa fuerte de los Marqueses de Lara, levantada en el s. XV en el singular contexto de esta villa, famosa por sus murallas almohades edificadas con enormes cantos rodados de los ríos Jerte y Alagón, que confluyen en sus inmediaciones.
A esta torre medieval se le añadió en el s. XIX ese peculiar remate en pináculo que desentona abiertamente de la edificación, aunque su perfil se ha convertido ya en una de las estampas más características de la cacereña villa de Galisteo.



Castillo de las Navas de Tolosa

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El Castillo de las Navas de Tolosa, está situado cerca de la población de igual nombre, en la provincia de Jaén (España), visible desde la carretera N-IV, a la altura del kilómetro 265. Su denominación en las crónicas árabes es confusa, pudiendo corresponder tanto a Hisn Aloqban, como al Hisn Salim.1 Está declarado Bien de Interés Cultural, conforme al decreto de 22 de abril de 1949.

Descripción
Se trata de un típico castillo situado sobre un roquedal, con muro perimetral, del que quedan sólo algunos lienzos, y un bastión hexagonal, construido en tapial, con torre de 14 m de altura bien conservada, y con restos de decoración imitando sillería. Los restos de muralla son especialmente visibles en la zona sureste.


Historia
Algunos autores atribuyen a esta torre el carácter de "Torre del homenaje", de origen califal, fechada en el siglo X, aunque otras fuentes la datan en periodo de dominación bereber.

Estuvo muy vinculado al Castillo del Ferral, muy cercano, y con el que se ha confundido frecuentemente. Ambos tuvieron un papel en la batalla de las Navas de Tolosa, y ambos fueron pleiteados, en el siglo XIII, por el Arzobispado de Toledo y la Diócesis de Baeza

Castillo de Peñaranda de Duero

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Pudiera pensarse que quien nominó a la villa de Peñaranda de Duero carecía de las más elementales nociones geográficas locales. No riega la villa el gran río de la submeseta norte, sino su más modesto afluente el río Arandilla. Pero Peñaranda ha sido compensada con otras muchas concesiones que la historia ha querido reflejar en su solar. Nuestra visita al castillo permitirá constatar en primera persona la riqueza de la valiosa oferta de alicientes que nos ofrece esta villa que cuenta -entre otros muchos valores- con una Plaza Mayor catalogada entre las más bellas de España.

Reseña histórica
El emplazamiento donde se instala el actual castillo debió ser ocupado por otra fortaleza anterior. Hacia 1317 aparece documentada una disposición testamentaria del
infante don Pedro -hijo de Sancho IV - que incluía actos de disposición sobre la fortaleza de Peñaranda. Sin embargo, la construcción del edificio que ha llegado hasta nosotros data del siglo XV. El impulsor de las obras será el primer conde de Miranda del Castañar don Diego de Zúñiga y Avellaneda.

Características arquitectónicas
Su longilínea figura sugiere la estampa de un barco pétreo varado sobre un altozano. Adapta su silueta al teso en el que se asienta. De lo originalmente construido se conserva un muro completo, la torre del homenaje y el sistema de acceso flanqueado por dos cubos. La torre se incrusta en el centro del conjunto. Tiene planta cuadrada y su interior se dividía en cuatro pisos. Ha conservado en excelente estado su magnífico remate de almena sobre matacán corrido apoyado sobre modillones.
Una de sus fachadas toma luces y vistas mediante tres ventanas geminadas. La fábrica se nutre de mampostería. Los ángulos se ensamblaron con sillarejo.


Estado de conservación
Su aspecto general de obra completa y consolidada deja paso a una imagen menos optimista a medida que nos acercamos al edificio. Algunas partes del castillo muestran aspecto ruinoso. Es de propiedad particular y carece de uso.

(Los castillos y fortalezas de Castilla y León - arlos M. Martín Jiménez)

Castillo de Mazuelo de Muñó

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Una ligera elevación del terreno que irrumpe en un abierto campo de dominante paisajística netamente esteparia sirve de asentamiento a una muestra de la mejor arquitectura medieval burgalesa. La sensación de dominio sobre las desoladas llanuras que lo rodean resulta absoluta.
Todo ello compone una imagen sugestiva, muy digna de ser disfrutada.


Reseña histórica
El núcleo central del conjunto debió edificarse a comienzos del siglo XV por algún componente de la estirpe Carrillo. Está documentada una venta del castillo otorgada en 1466 por doña María de Mencía en favor de Sancho de Rojas. El edificio sufrió diversas reformas impulsadas por sus propietarios sucesivos. La más significativa fue la correspondiente a la adición de la barbacana exterior, que debió hacerse efectiva en el siglo XVI bajo proyecto y dirección de Juan de Vallejo.


Características arquitectónicas
Su estructura combina una robusta torre central y una barbacana exterior que protege tres de los brazos del edificio interior. La gran torre del homenaje tiene planta cuadrangular. Divide su ámbito interno en cuatro pisos, y toma luces a través de ventanas geminadas. Se coronaba con matacán corrido almenado apoyado sobre modillón de tres cuerpos.
La barrera exterior rodea tres de las caras de la torre. Se culmina con almena. Su factura es impecable. Todo el conjunto se construyó con cantería menuda de buena calidad.


Estado de conservación
Ha sido restaurado. Se conserva completo. Es de propiedad privada y se destina a vivienda.


(Los castillos y fortalezas de Castilla y León - Carlos M. Martín Jiménez)


Castillo de Zúmel

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Sorprende el emplazamiento del edificio, construido en el interior de un declive del terreno dominado por un cerro cercano. La decisión sobre su ubicación parece incurrir en la paradoja de haberse buscado más el abrigo del teso que la garantía de buenas condiciones defensivas.

Reseña histórica
No hay acuerdo entre los tratadistas a la hora de fijar con precisión la fecha de su construcción. Unos estiman que debió erigirse en la primera mitad del siglo XV, basando su pronóstico en el apoyo sobre parejas de canes del remate superior, más propio de comienzos de la centuria que de finales de la misma, cuando se había extendido el empleo de hiladas de ménsulas para diseñar este tipo de apoyos. Otros opinan, por el contrario, que fue construida, con seguridad, en la segunda mitad del siglo XV. La titularidad del lugar aparece asociada a la estirpe Ulloa, que acabará vendiendo su propiedad a la familia Bernuy, a la que se atribuye la construcción del hospital burgalés de la Concepción.


Características arquitectónicas
La estructura del conjunto es sencilla. Se compone de cerca simple y torreón central. Todo ello se edificó con mampostería de escasa calidad. Los ángulos de la torre se construyeron con mejor cuidada cantería. La torre es de planta cuadrada. Sus proporciones - altura igual al doble del lado - contribuyen a resaltar un aspecto muy compacto. Perdió su solución original de remate con sus correspondientes complementos defensivos, que apoyaban sobre parejas de canes. También ha desaparecido el sistema de acceso primitivo a través de puerta elevada, que se alcanzaba mediante escalera exterior.


Estado de conservación
Tanto la torre central como la barrera que la encierra han sido restauradas y consolidadas. Es de propiedad particular.


(Los castillos y fortalezas de Castilla y León - Carlos M. Martín Jiménez)

Castillo de Poza de la Sal

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Más que por sus restos supervivientes - que son escasos y desgastados - el castillo de Poza impresiona por su puesta en escena. Encaramado sobre una aguda cresta rocosa, de muy áspero aspecto, ofrece una estampa capaz de imponer respeto a cualquiera que osare erigirse en eventual asaltante. Más allá de la teatralidad, el soberbio escenario que rodea al conjunto proporciona condiciones defensivas de muy destacable entidad.

Reseña histórica
La villa de Poza se repobló en el siglo X. Desde entonces tuvo edificio fortificado. En los últimos años de la decimotercera centuria la monarquía cedió la fortaleza a Juan Rodríguez de Rojas en compensación de las pérdidas materiales que éste había sufrido como consecuencia de su apoyo a la corona en algunos episodios bélicos. El castillo de traza gótica cuyos restos podemos contemplar debió sustituir a otro anterior de vitola románica. Fue levantado en el siglo XIV por los Rojas, tras recibir de Fernando IV la plaza de Poza. Esta dinastía mantuvo el dominio sobre el lugar hasta que su titularidad pasó a manos de Diego Fernández de Córdoba.


Características arquitectónicas
Sólo han llegado hasta nosotros dos torres semicirculares que protegían la entrada del recinto exterior a un patio de armas avanzado y una quebrada de lienzos del edificio interno. Debió de tener forma triangular, dentro de las limitadas posibilidades de acomodo al abrupto roquedo que lo sustenta. En los extremos terminales de los muros se instalaron cubos defensivos. La puerta de acceso se enmarca con arco ojival. Se empleó mampostería para levantar el conjunto, que debió coronarse con almena. En el interior han permanecido un aljibe practicado en roca viva y un sótano abovedado.


Estado de conservación
El conjunto resulta más atractivo por su emplazamiento privilegiado que por los escasos restos desmembrados que ha conservado. Algunos de sus vestigios arquitectónicos han sido consolidados.


Los castillos y fortalezas de Castilla y León - Carlos M. Martín Jiménez

Palacio de los Orduña - Guadalest

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La Casa fue construida después del gran terremoto de 1644 que asoló la comarca y arruinó las dependencias del castillo.
Fue levantada por la Familia Orduña, estirpe de origen vasco que había llegado a El Castell de Guadalest como gente de confianza de los Cardona, Almirantes de Aragón. D. Sancho de Cardona recibió en 1542 el título de Marqués de Guadalest. Los Orduña estuvieron al servicio de los marqueses como alcaides de la fortaleza y gobernadores de sus estados.
La casa fue incendiada y saqueada durante la Guerra de Sucesión (1708). En 1756, D. Pedro Antonio Buenaventura de Orduña y García entró en la Orden Militar de Santiago consiguiendo de esta manera acceder al estamento nobiliario.
La familia procuró a sus miembros, no solo relaciones económicas o de influencia social, también la mejor y más sólida formación cultural que fuera posible adquirir en la segunda mitad del S. XVIII y a lo largo del S. XIX. Entre sus miembros encontramos, fundamentalmente, abogados y militares.
Las dependencias de la casa se corresponden con el momento de máximo esplendor e influencia de la familia Orduña, ejercida a través de D. Joaquín Mª. de Orduña. La decoración se adapta a los gustos estéticos de la burguesía que vivió los avatares políticos de la segunda mitad del S. XIX. No podemos olvidar que esta edificación siempre fue una casa grande en un pueblo pequeño, inmersa en un ambiente rural y endogámico, muy alejada geográficamente de influencias capitalinas más al día en los cambiantes gustos estéticos.
La casa ocupa un solar irregular. Por una parte se apoya y sobremonta la peña y por la otra llega a ocupar espacios por encima de las capillas de la iglesia parroquial contigua. La edificación se soporta mediante muros de carga de mampostería.
Madera, yeso y losetas de cerámica forman parte de la construcción. Posee cuatro niveles y una cambra a los que se accede por medio de varias escaleras. La planta baja estaba conformada por una gran sala de entrada, bodega, cocina, comedor, despensas, corrales, caballerizas y pajar. Los restantes niveles estaban ocupados por diferentes dormitorios y dependencias.

Palacio de Saldañuela

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El conjunto ha sufrido un profundo proceso de transformación, que ha acarreado la introducción de elementos que desvirtúan su aspecto original, como la eliminación del almenado de la torre y la instalación de un tejado piramidal deprimido.

Reseña histórica
El conjunto revela dos fases constructivas netamente diferenciadas. La torre debió erigirse en el siglo XV, centuria en la que perteneció al duque de Arévalo. La construcción del palacio fue ordenada, en la segunda mitad del siglo XVI, por doña Isabel Osorio, a quien los historiadores atribuyen la condición de amante de Felipe II. Entre la nómina de propietarios subsiguientes figura el linaje Fernández de Velasco.

Características arquitectónicas
Palacio y torre son componentes de edificación independiente. La torre es muy sobria, de planta cuadrada. En origen se remataba con almenas. Tras el incendio que la devastó a finales del siglo XVIII fue reconstruida y reformada. Ni la alhajada ventana geminada ni los restantes elementos ornamentales que se aprecian en sus muros corresponden, según salta a la vista, a la fábrica original.
El palacio se abre al exterior mediante hermosa galería porticada de dos plantas con arcos rebajados de diseño próximo a los escarzanos.

Estado de conservación
Ha sido completamente restaurado. Es propiedad de una Caja de Ahorros.

(Los castillos y fortalezas de Castilla y León - Carlos . Martín Jiménez)

Castillo de Guadalerzas - Los Yébenes

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Localización
El castillo cristiano de Guadalerzas se encuentra en el valle de Guadalerzas, a 18 kilómetros de la población de Los Yébenes, al este de la provincia de Toledo.

El castillo se encuentran junto a la carretera N-401, entre las localidades de Los Yébenes y Fuente del Fresno, a unos 18 kilómetros de la primera. Frente a una antigua posada que hay pasada la vía férrea en dirección a la localidad de Fuente el Fresno (provincia de Ciudad Real), surge a la izquierda un camino que va a dar a un cancela, a pocos metros se encuentra la antigua fortaleza, y para poder acercarse hay que cruzar el río Bracea por un puente y seguir el camino empedrado que conduce hasta el castillo-hospital.

Historia
Dos castillos, uno árabe y otro cristiano, se sucedieron en el paso o Congosto de Guadalerzas, clave en el camino a la Córdoba musulmana, y tuvieron la misma misión aunque su objetivo fuera de signo contrario.

En el siglo XII, y una vez conquistado el paso y sus defensas por Alfonso VI, la Orden de Calatrava levantó el nuevo castillo con la finalidad de ser usado como hospital. Debió estimarse insegura la vieja fortaleza árabe, por lo que se levantó el castillo actual. En 1178 el castillo ya estaba construido, por lo que se abandonó completamente el castillo musulmán. Cuando la frontera se estableció en Sierra Morena, el castillo comenzó a ser explotado económicamente por la orden. Fue utilizado por las tres órdenes existentes en la zona, la de Calatrava, la del Temple y la de San Juan. Posiblemente se eligió este emplazamiento por localizarse cerca de la zona de combate pero al mismo tiempo protegida de ataques enemigos.
En 1572 Felipe II vendió el castillo al Cardenal Silíceo, que lo convirtió en colegio de doncellas nobles, modificando la estructura en algunos de sus puntos.
Con la desamortización del siglo XIX fue vendido a un particular, que lo acondicionó como vivienda y casa labor.

Descripción
De los dos castillos, el cristiano es el más moderno, y se encuentra casi completo en su exterior. Está bien conservado, pudiéndose observar numerosos detalles. Posee una gran torre del homenaje rectangular rodeada por murallas con torres cilíndricas en sus ángulos. En la entrada se encuentra la iglesia barroca. Posee numerosas habitaciones, algunas con chimeneas y en el patio existen algunas viviendas.
Estado de conservación
Este interesante castillo se conservó en buen estado hasta la guerra civil, estando ahora totalmente abandonado, y de seguir así, dentro de algunos años tan solo podremos hablar de restos, como sucede con tantas estructuras del patrimonio histórico nacional.


(Datos de Monumentalnet - Foto de: Alberto Conde Oya )

Castillo del Ferral - Santa Elena

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El Castillo del Ferral (llamado también Castro Ferral), está situado en Sierra Morena, en el término municipal de Santa Elena, en el puerto del Muradal o de La Losa (Jaén), paso histórico entre Andalucía y La Mancha. Su nombre en las crónicas árabes es Hisn el 'Iqáb. Está declarado Bien de Interés Cultural, conforme al decreto de 22 de abril de 1949.

Descripción
Se trata actualmente de un yacimiento arqueológico bastante complejo, con vestigios de fortificación en tierra, tapial y mampuesto. Existen restos de muros y torres en sus lados oeste y sur-oeste, con un núcleo central de cal y arena, de 1,65 m de anchura, y ligeros vestigios de un aljibe. Algunos autores datan la parte más antigua (la de tierra), con anterioridad al período almohade.


Historia
Con frecuencia se confunde este castillo con el de las Navas de Tolosa, incluso desde épocas antiguas aunque se trata de dos fortalezas diferentes. Esta confusión puede derivar del hecho de que, en vísperas de la batalla de las Navas de Tolosa, esta fortaleza del Ferral fue abandonada por sus defensores almohades ante el avance cristiano.
La primera referencia histórica sobre este castillo, data de 1169, cuando fue conquistado por la Orden de Calatrava, aunque luego volviera a manos musulmanas.

Castillo de Aviados - Valdepiélago

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El castillo de Aviados es una fortaleza española situada en las cercanías de esta localidad, en el municipio de Valdepiélago, en León. Fue propiedad de la Casa de Guzmán, y resultó destruido por orden del rey Carlos I de España al término de la revuelta comunera, como castigo a la participación en ésta de sus propietarios, en especial Ramiro Núñez de Guzmán, al que consideraba principal organizador y responsable del alzamiento comunero.
Situado en una posición inexpugnable sobre una gran roca caliza, constaba de tres recintos amurallados rodeando un torreón rectangular en la cima, siendo considerado uno de los castillos más fuertes y seguros de León. Se halla totalmente en ruinas.


Historia
Aunque es común atribuirle gran antigüedad, el castillo de Aviados debió ser construido a finales del siglo XI, coincidiendo con las primeras referencias documentales. Fue residencia ocasional de la reina Urraca I de León durante su turbulento reinado (1109-26).
Estimado solar primitivo de la antiquísima casa de los Guzmanes de León, en realidad fue adquirido por esta familia a finales del siglo XIII. Durante el reinado de Sancho IV de Castilla, era señora de Aviados María Ramírez de Cifuentes, hija de Ramiro Froilaz de Cifuentes y Teresa de Lara; que se casó con Juan Pérez de Guzmán, hijo de Pedro Núñez de Guzmán]] y Urraca García de Villamayor, señores de Toral, por lo que el señorío pasó a la casa de Guzmán en su descendencia, hasta el año 1837. Los Guzmanes de Toral lo usaron como residencia de verano.
En 1467, el pretendiente "Alfonso XII" confiscó sus feudos -entre ellos Aviados- a Gonzalo Núñez de Guzmán, entregándoselos a su archienemigo Diego de Quiñones, conde de Luna.
Sin embargo, la situación se invirtió cuando los Quiñones tomaron partido por Juana la Beltraneja, y el Guzmán por Isabel la Católica durante la Guerra de Sucesión Castellana, de modo que recuperó sus propiedades con la victoria de esta última.
En 1484 el joven Ramiro Núñez de Guzmán se enfrentó al poderoso Almirante de Castilla, lo que provocó su destierro en Portugal. Le acompañan en Évora y Santarém sus vasallos montañeses quienes, dirigidos por su señor, salvaron al rey portugués Juan II de una traición y revuelta nobiliaria. El rey, agradecido, intercedió ante los Reyes Católicos que le perdonaron y restituyeron sus bienes. Las regencias tras la muerte de Isabel la Católica fueron su momento de mayor poder. Sus hijos sirvieron al infante Fernando. Por ello, en 1520 apoyó la rebelión de las Comunidades de Castilla.
Tras el fracaso y represión de la revuelta, el castillo de Aviados fue finalmente destruido por órdenes del rey Carlos I de España, como castigo a sus propietarios, que huyeron a Portugal. Amnistiados, en 1532 el ya emperador Carlos ordenó la devolución de los bienes a Martín Núñez de Guzmán. El castillo de Aviados no fue reconstruido.


Castillo de l'Escarp

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Localización
El castillo de Escarp se encuentra en el municipio de La Granja d'Escarp, en la comarca de Segriá de la provincia de Lérida.
Historia
Este castillo de procedencia islámica fue cedido a Ramón Berenguer III por su alcaide almorávide Avifelle hacia el año 1120. La plaza de éste castillo fue tomada por la fuerza por Rodrigo Diaz de Vivar el Cid el 1082.
Estado de conservación
Se encuentra en estado de ruina.

(Datos de MonumentalNet)

Castillo de Huete

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El castillo de Huete, también denominado alcazaba de Wabda y castillo de Luna, es un castillo medieval, al noroeste de la ciudad de Huete (Cuenca) y al oeste del barrio de Atienza de dicha localidad. Ocupa lo que fue un importante enclave geoestratégico desde el que se domina una amplia zona hasta la sierra de Altomira al oeste, desde el valle del río Mayor hasta las alcarrias de Sacedón hacia el norte, la entrada hacia la serranía conquense al este y los primeros cerros de la Manchuela al sur.

Descripción
Es un castillo de cerro, de tipo alcazaba y de planta rectangular muy alargado, siguiendo la forma de norte a sur del mismo cerro sobre el que se asienta. Para su construcción se utilizó piedra en sillarejo, quizás aprovechando también el material de la antigua ciudad romana de Opta (cerro Albaráñez). Se rodeó de quince torreones y se alzó un decimosexto intramuros. La torre sureste, restaurada en parte en el siglo XX, fue la mayor de la alcazaba con una altura de unos 12 metros y un diámetro de unos 22. Los muros que surgen de la torre principal ostentaron otras torres emirales (siglo IX) y califales (siglo X) menores, de unos 4 metros de altura y 3 de profundidad, formadas por tizones con talud de tres escalones en sus partes inferiores. De la torre situada al norte partiría la muralla con cinco torres que rodearía la población hasta enlazar con el extremo sur del castillo. En su interior se asientan cinco silos y un aljibe de unos 25 m² de superficie dividido en dos compartimentos.

Historia
Restos de la Edad de Bronce hallados en la zona dan cuenta de un posible asentamiento prerromano en la zona. Claudio Ptolomeo citaba en su Geografía un asentamiento celtibero a la que denominó Istonium, siendo una de las posibles ubicaciones de este castro celtibero el cerro de Alvar Fáñez.
En el siglo VI a.c., los romanos situaron en su cima Julia Opta (en castellano actual, 'recinto fortificado' o 'plaza fuerte', dando constancia al carácter fortificado del asentamiento) del cual aún queda algún resto. Este asentamiento romano tuvo cierta importancia debido a la explotación del yeso especular, muy abundante en la comarca.
La decadencia de Roma lleva al gobierno a los visigodos a finales del siglo V d.c., que poco dejaron legado en la antigua Opta.
Ya en el siglo VIII los bereberes llegan a la antigua Julia Opta y sobre sus restos Al-Mutamid, rey taifa de Sevilla, funda en el siglo IX Wabda (en el castellano actual 'río' o 'valle', dando referencia al valle del río Borbotón hacia el que se extiende Huete) y se levanta la alcazaba sobre el cerro de Álvar Fáñez.
Es en 1150 -las crónicas de la época datan en el 19 de julio- cuando Wabda cae en manos cristianas de manos de las tropas del rey Alfonso VII de Castilla. Se daría entonces lugar a la ubicación actual de Huete, cuyo poder se disputarían los Castro y los Lara en 1164, recayendo la batalla en favor de los últimos. La alcazaba sufre reformas a lo largo de este siglo X y queda convertida en el castillo de Luna. Todavía este castillo tendría un último cometido en 1174 cuando los almohades sitiaron a Huete en el castillo, donde el pueblo resistió produciendo así la huida de los sitiadores. El desplazamiento al sur del frente de batalla entre los reinos cristianos y los musulmanes dejó en un segundo plano, por inutilidad, el castillo de Huete cayendo en el incipiente abandono en el cual se encuentra en la actualidad.

Propiedad y estado de conservación
El castillo de Huete es de propiedad municipal y de acceso libre a través de un ancho camino que sale desde la parte más alta del barrio de Atienza y que concluye en la cima del cerro, donde se sitúa el monumento del Sagrado Corazón de Jesús asentado sobre un gran pilar realizado con piedras extraídas del propio castillo. Tan solo quedan algunos muros en pie, restos de la muralla que circundaba el pueblo y el torreón reconstruido en el extremo sureste, así como algunas dependencias en su interior correspondientes a silos, aljibe y canalizaciones.

Torre de Villares de Yeltes

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El sosiego ha hecho presa en este lugar. Queda a trasmano de las rutas de mayor trasiego y su gente se desenvuelve con ese ritmo vital - perdido en casi toda nuestra geografía - que invita a disfrutar pausadamente del ambiente urbano tradicional y de los interesantes vestigios de la historia notable, que también aquí quiso dejar huella de su paso.

Reseña histórica
A falta de referencias documentadas, los historiadores se fijan en su estructura para presumir que ésta es una de tantas torres señoriales que se levantaron en Salamanca durante el siglo XV.


Características arquitectónicas
Tiene planta rectangular y su fábrica se sirve de oscura mampostería, que cede su protagonismo al sillarejo para la composición de un digno remate angular. El aspecto más llamativo del conjunto radica en la peculiaridad de la coronación de la almena, cuya forma piramidal nos permite presumir atribuciones jurisdiccionales. El tratadista Pinilla González compara la disposición de los elementos que conforman la puerta de entrada con la solución elegida en Tamames, si bien en Villares las jambas se descomponen en tres piezas y el dintel, también soportado por ménsulas pareadas, no muestra caracteres tan expresivos.


Estado de conservación
Conserva lo esencial de su estructura externa. La aparente buena ligazón en su entramado de mampostería no parece sugerir la inminencia de la ruina.


(Los castillos y fortalezas de Castilla y León - Carlos M. Martín Jiménez)

Castillo de Santa Isabel - Pasajes

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El castillo de Santa Isabel, se halla situado en el canal de entrada al puerto de Pasajes, en el lado de San Juan (Donibane). Para proteger el puerto de los posibles incursiones militares y piratas, el emperador Carlos I, mandó construir esta fortaleza, hoy día en ruinas, y una torre en el lado de San Pedro, que se construyó primero y que perduró hasta hace relativamente poco.
Una vez acabada la torre de San Pedro, el castillo hubo de esperar hasta 1598 para que el Ingeniero Mayor Tiburcio Spanocchi plantease su construcción, que por falta de medios económicos, hubo de postergarse el proyecto hasta 1615, que volvió a retomarse el asunto aprovechando la visita del rey Felipe III, que iba hacia la Isla de los Faisanes, en la frontera francesa, para la entrega de su hija doña Ana de Austria y al recibimiento de la princesa Isabel de Borbón, en cuyo honor bautizaron el castillo.
Aún así el castillo hubo de esperar hasta 1621, reinando ya Felipe IV, para que se empezara a construir en las inmediaciones del viejo molino de Churrutella (Txurrutella-errota). Pero una vez más, la falta de medios económicos impidió que la fortificación fuera terminada, construyéndose únicamente la base de la plataforma de artillería.
Las obras se reanudaron pero se volvieron a paralizar nuevamente en 1633 por desacuerdos entre los ingenireros encargados de su construcción.
El castillo de Santa Isabel, era casi inexpugnable por mar, pues sus 12 cañones defendían y enfilaban muy bien la entrada del puerto, aunque no podían dar la menor protección a los buques que buscaran refugio en él, porque éstos podían ser perseguidos hasta la misma bocana del puerto, donde las peñas de Arando les protegían del ataque de la artillería.
En cambio por tierra era incapaz de defenderse del más ligero ataque. En 1638 el ejército francés al mando del príncipe Condé bajaron de Jaizquibel y conquistaron con suma facilidad el inconcluso castillo y en 1719 volvió a ser tomado por las tropas francesas, que realizaron en él algunas modificaciones de importancia.
Durante la Primera Guerra Carlista, el almirante inglés Lord John Hay, quien estuvo en la zona apoyando al bando liberal, mandó construir un fuerte sobre el monte Arrobi o Arrokaundieta a cuyos pies se encuentra el castillo de Santa Isabel, con el fin de protegerlo de los ataques desde Jaizquibel. Parece ser que este fuerte pudo ser el llamado "fuerte de Colón" o "reducto de Isabel", aunque debió tomar pronto el nombre de Lord John Hay, pués cuando se levantó en las inmediaciones el actual fuerte en la última Carlistada, conservó la denominación anterior.
El frente marino estaba formado por un grueso muro quebrado de seis tramos dotados de desigual longitud y orientación que sostenía el terraplén de la plataforma principal. En el sector de parapeto que miraba directamente hacia la embocadura del canal del puerto se abrían cuatro cañoneras y, bajo ellas, otras tres más se abrían en otras tantas casamatas subterráneas. Una garita de vigilancia quedaba inserta en la confluencia de dos lienzos de muralla.
El frente de tierra estaba formado por una elevada muralla, sobre la que podía permanecer la tropa a cubierto de un débil parapeto. La misma estaba constituida por nueve cortos lienzos de distinta orientación que entre sus requiebros permitían el acomodo de un pequeño edificio (alojamiento del capellán y, más tarde, cuartel de artillería). Al abrigo del mismo muro, pero partiendo de menor altura, se encontraba un edificio de mayores dimensiones, planta rectangular y cuatro pisos de altura que sirvió de cuartel.
El castillo de Santa Isabel dejó de prestar servicio en 1867, aunque fuera utilizado posteriormente en las Carlistadas. La plataforma artillera, principal elemento del castillo, fue destruida por los trabajos emprendidos en la primera mitad del siglo XX para mejorar el canal de entrada al puerto.
Actualmente los restos bien conservados del antiguo castillo o fortaleza de Santa Isabel, se levantan recortados contra la montaña y hundiendo sus cimientos en ella. Ha perdido su aspecto de fortaleza y hoy se reduce a unos sólidos muros, de sillar de arenisca, de unos dos metros de anchura, y a algún torreón aislado. Estos muros son completamente ciegos, y en algunas partes alcanzan gran altura. En el interior de esta fortaleza se ha edificado una vivienda particular

Torre de Tamames

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Desmochada, aislada de la villa aledaña y engullida por la arboleda y la orla de setos arbustivos que la circundan, la torre de Tamames nos ofrece interesantes vestigios arqueológicos - que algunos historiadores han catalogado como visigodos -, en algunos materiales reaprovechados de obra anterior de naturaleza no bien conocida.

Reseña histórica
No disponemos de reseñas documentales que puedan orientarnos acerca del origen de este sobrio torreón fortificado. La desaparición del remate superior de la torre ha privado a los historiadores de la posibilidad de contar con un importante elemento de interpretación para arriesgar un pronóstico fiable sobre su datación, que en todo caso no parece ser anterior al siglo XIV. Las referencias del catastro del Marqués de la Ensenada, extractadas por el tratadista Pinilla González, nos indican que perteneció a Don Francisco Godínez de Paz.


Características arquitectónicas
Los restos del edificio que han llegado hasta nosotros se reducen a un sobrio torreón de planta rectangular. Su emplazamiento, en una llanura hundida aledaña a la población, y la instalación del vano de ingreso a ras de suelo no facilitan la estrategia defensiva. Se nutre su fábrica de mampostería granítica, que se refuerza, en puntos estratégicos, con sillería de tosca talla. La torre disponía de estancias separadas en tres alturas. El elemento más interesante del conjunto es, sin ninguna duda, la misteriosa puerta de acceso. Se conforma con sendas pilastras o jambas monolíticas que soportan imponentes ménsulas de granito bermejizo. Sirven de soporte a un dintel decorado con singulares motivos ornamentales, entre los que se perciben con rotunda claridad una torre almenada, una roseta de espuela , una cruz patada y un relieve de billetas. Encima del llamativo dintel encontraremos un sillar alargado también profusamente decorado. No parece que pueda dudarse de que se trata de elementos reaprovechados, cuya datación resulta dificultosa   Algún historiador ha aventurado un  pronóstico de adscripción visigoda para alguno de los componentes del llamativo conjunto,
mientras otros retrasan la factura del dintel hasta el siglo XIII.


Estado de conservación
Es de propiedad particular. La parte que ha resistido el paso de los siglos se encuentra aparentemente consolidada.


(Los castillos y fortalezas de Castilla y León - Carlos M. Martín Jiménez)
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