La antigua villa de Busmediano alterna, en su vacilante pasado, titularidad castellana y aragonesa. Esta oscilación en su mutante radicación parece haber encerrado en sí misma a la esquiva villa de Vozmediano. Hay que protagonizar un auténtico esfuerzo de voluntad para alcanzar el recóndito emplazamiento, escondido a los pies de la serranía que culmina el romo Moncayo, donde se agazapa la villa. Pero la contemplación de su magnífico castillo es recompensa más que suficiente para cualquier esfuerzo de aproximación.
Reseña histórica
No existe unanimidad entre los tratadistas a la hora de fijar el origen de la fortaleza. Algunos historiadores han querido ver influencia árabe en la estructura de las almenas del primer tramo de los muros, mientras otros presumen que la construcción del castillo no parece relacionada con los episodios bélicos protagonizados por musulmanes y cristianos entre los siglos X y XI. Su fábrica revela, en todo caso, una muy notable antigüedad. Pueden detectarse en sus muros hasta tres sucesivas intervenciones constructivas, lo que permite determinar que ha sido sucesivamente restaurado o reformado. Las crónicas históricas revelan que Vozmediano ha contado con fortaleza, cuando menos, desde el siglo XII. Con motivo de un ataque navarro a tierras del oriente soriano llevado a efecto en 1163, durante la minoría de Alfonso VIII, el castillo pasa a manos de los asediantes. La fortaleza es retomada media docena de años después y regresa a la corona castellana. Vozmediano va a sufrir, hasta la pacificación de 1437, las consecuencias de su condición fronteriza. Su anecdotario registra el ataque del monarca aragonés Alfonso V, que en el primer tercio del siglo XIV asalta la villa y toma su fortaleza.
Características arquitectónicas
Consta de dos recintos. El muro exterior tiene forma de polígono irregular y se defiende con tres torres cuadradas, de desigual empaque, y un cubo. La torre del homenaje, esbelta y de planta cuadrada, dividía su espacio interior en varios pisos. Como vestigios de su distribución interna quedaron algunos perpiaños. También disponía de estancias abovedadas distribuidas en altura la torre cuadrada que ocupa el extremo opuesto a la del homenaje. Una escalera alojada en el muro comunica los pisos. El conjunto acusa de manera muy evidente la sucesión de obras de reconstrucción y reforma, que los alarifes no se han preocupado de disimular.
Estado de conservación
Conserva, aun cuando con notable deterioro, buena parte de su estructura externa. Su recinto ha sido utilizado como cementerio municipal.
(Los castillos y fortalezas de Castilla y León - Carlos M. Martín Jiménez)
Reseña histórica
No existe unanimidad entre los tratadistas a la hora de fijar el origen de la fortaleza. Algunos historiadores han querido ver influencia árabe en la estructura de las almenas del primer tramo de los muros, mientras otros presumen que la construcción del castillo no parece relacionada con los episodios bélicos protagonizados por musulmanes y cristianos entre los siglos X y XI. Su fábrica revela, en todo caso, una muy notable antigüedad. Pueden detectarse en sus muros hasta tres sucesivas intervenciones constructivas, lo que permite determinar que ha sido sucesivamente restaurado o reformado. Las crónicas históricas revelan que Vozmediano ha contado con fortaleza, cuando menos, desde el siglo XII. Con motivo de un ataque navarro a tierras del oriente soriano llevado a efecto en 1163, durante la minoría de Alfonso VIII, el castillo pasa a manos de los asediantes. La fortaleza es retomada media docena de años después y regresa a la corona castellana. Vozmediano va a sufrir, hasta la pacificación de 1437, las consecuencias de su condición fronteriza. Su anecdotario registra el ataque del monarca aragonés Alfonso V, que en el primer tercio del siglo XIV asalta la villa y toma su fortaleza.
Características arquitectónicas
Consta de dos recintos. El muro exterior tiene forma de polígono irregular y se defiende con tres torres cuadradas, de desigual empaque, y un cubo. La torre del homenaje, esbelta y de planta cuadrada, dividía su espacio interior en varios pisos. Como vestigios de su distribución interna quedaron algunos perpiaños. También disponía de estancias abovedadas distribuidas en altura la torre cuadrada que ocupa el extremo opuesto a la del homenaje. Una escalera alojada en el muro comunica los pisos. El conjunto acusa de manera muy evidente la sucesión de obras de reconstrucción y reforma, que los alarifes no se han preocupado de disimular.
Estado de conservación
Conserva, aun cuando con notable deterioro, buena parte de su estructura externa. Su recinto ha sido utilizado como cementerio municipal.
(Los castillos y fortalezas de Castilla y León - Carlos M. Martín Jiménez)